Aún con miedo, hambre y escépticos por el momento en el que vayan a encontrar un destino, los payasos conocen, gracias a la ternura, una herramienta afectiva y mental para sobrevivir a la desesperación, la deriva y el caos.
Este escenario funciona como centro narrativo en la obra de teatro Naufregados, una propuesta del grupo guatemalteco Me Quito el Sombrero Producciones que se dispone a compartir un espectáculo cómico para todo el público bajo la consigna de “profundizar en la esencia del payaso” e invitar a la reflexión sobre el naufragio como estado mental.
La propuesta teatral, que es dirigida por Lucho González, será presentada durante una temporada continua los viernes 4, 11, 18 y 25 de agosto del presente año, en el Teatro Manuel Galich de la Universidad Popular a las 19:30 horas. El costo de las entradas será de Q.100 para adultos y Q.75 para estudiantes y niños.
Antes de estas presentaciones, el equipo artístico habría dado a conocer el espectáculo en dos funciones realizadas dentro del Teatro de Cámara, luego de haber recibido un fondo para la producción a través de la convocatoria Espacios del Ministerio de Cultura y Deportes.
Para los integrantes de la puesta en escena, este relato también pretende recordar a la audiencia “que en esta vida todos en algún momento nos sentimos naufregados’ pero a pesar de la adversidad (…) hay una pesca inesperada, una tierra a la vista y la magia de una sonrisa”.
La obra se compone de una montaje sin muchos adornos. Sobre el escenario destaca una estructura metálica en forma de barco que alcanza casi los 3 metros de alto, y sobre la cual, navegan Bartolo, Anónimo y Búa, los tres payasos interpretado por los actores Denis Castelán, Claudio Padilla, y la actriz Susana Recinos.
“Con los elementos de utilería hemos planteado posibilidades de hasta dónde o no pueden llegar los personajes. Nos enfocamos en crear este pequeño barco donde los payasos van sobreviviendo. Está inspirado en una especia de subibaja parecido a uno que hace años veíamos en parques“, cuenta Claudio Padilla, co-protagonista de Naufregados.
Aludir a la infancia o a la inocencia, así como al juego de la época infantil no resulta en vano dentro de la obra de teatro, ya que estos elementos son los que sostienen el guion.
“Aludimos a la ternura y a la inocencia como fortalezas, no como espacios de fragilidad y dolor. Insistimos en esos valores porque son parte del cuido, y en la historia los tres payasos buscan cuidarse entre bromas y risas. En esta obra la ternura nos salva“, agrega Padilla.
De acuerdo con el intérprete de Naufregados, se pretende que la audiencia llegue al teatro con la mente dispuesta a escuchar y compartir, pero también, con una mirada más profunda, racional, intelectual con la cual se podrían identificar símbolos escondidos que pueden aludir a pensamientos políticos, formas de entender el mundo y nociones personales alrededor de los intérpretes en naufragio.
Padilla sostiene que, a partir de la figura del payaso la obra considera un vínculo entre lo social y lo escénico frente a la audiencia. Los espectadores juegan un rol importante, ya que también dan forma a la historia. “Nos enfocamos en jugar con el público y que de alguna manera puedan acompañarnos en este naufragio”, añade el actor.
Naufregados es una historia para todas las edades que busca poner sobre el escenario reflexiones sobre la resiliencia y donde cada espectador podría hallarse envuelto en risas, conmoción o incluso miedo, así como el mismo navegar turbulento en la vida.
A propósito de esta misión escénica propuesta por Me Quito El Sombrero Producciones y considerando la figura del payaso, Claudio Padilla concluye: “En la obra recolectamos la inocencia de ser nosotros mismos, a pesar del cansancio y del hambre. Los personajes se molestan, bromean, pero también se cuidan. Con esto procuramos rescatar la humanidad“.