Escenario

Los rostros del Óscar

Película 12 años de esclavitud, que narra la crueldad con que eran tratados los esclavos en EE. UU., ganó anoche el Óscar a mejor película, pero Gravedad arrasó con siete estatuillas de oro, entre ellas mejor fotografía, actriz de reparto, efectos visuales y mejor director, para el mexicano Alfonso Cuarón.

CIUDAD DE GUATEMALA  – El teatro Dolby, de Hollywood, fue testigo del triunfo de Cuarón, el primer latino en obtener el galardón en esta categoría, en una gala que se caracterizó por las selfies que recorrieron el mundo en pocos segundos, y por premiar al talento hispano: Emmanuel Lubezki, Lupita Nyong’o y Cuarón.

La estatuilla a mejor actor fue para Matthew McConaughey, pero no fueron las casi 50 libras que bajó para interpretar a un enfermo de sida en Dallas Buyers Club por lo que obtuvo el Óscar, sino su espectacular actuación, que convenció a los más de 600 miembros de la Academia y que además lo consolidó como un intérprete que dejó atrás los papeles en que lucir sus pectorales y su atractivo era lo principal.

Cate Blanchet ganó como mejor actriz por personificar a una mujer de la alta sociedad que ve cómo su mundo de lujo se desmorona cuando su esposo es detenido por estafa.

Jared Leto, por su papel de transexual en Dallas Buyers Club, ganó como mejor actor de reparto, premio que dedicó a los millones de enfermos de sida.

La mexicana Lupita Nyong’o, postulada por primera vez, ganó como actriz de reparto por encarnar a una esclava martirizada por su sádico dueño, en 12 años de esclavitud.

Otros galardones fueron: mejor vestuario, para El gran Gatsby; Maquillaje y peinado, Dallas Buyers Club; canción original, Frozen; documental, 20 Feet from Stardom; guión original, Her; y corto animado, para Mr. Hublot.

Uno de los momentos destacados fue la presentación de U2, que interpretó Ordinary Love —Mandela y el segmento dedicado a los famosos que fallecieron recientemente, entre ellos Phillip Seymour Hoffman, Shirley Temple, James Gandolfini, Joan Fontaine y Deanna Durbin.

Ellen DeGeneres fue la presentadora que mostró su simpatía, sarcasmo y buen humor en la gala, en la cual se cambió de vestuario cuatro veces.

 

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