Filipos, hijo del Príncipe Andrés de Grecia y de Dinamarca, perteneciente a la casa de Svhleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, y de su esposa la Princesa Alicia de Battenberg, nació en el palacio de Mon Repos, en Corfú, Grecia, el 10 de junio de 1921, en los difíciles momentos en los que la familia real griega debía partir rumbo al exilio. Tuvo cuatro hermanas mayores: Teodora, Sofía, Margarita y Cecilia.
Hijo de hogar desintegrado, el pequeño príncipe griego de sangre alemana fue enviado como interno a colegios en Alemania y en Escocia.
En 1937 sufrió el duro golpe del fallecimiento de su hermana más querida, la Princesa Cecilia, esposa del Príncipe Georg Donatus -heredero del Gran Ducado de Hesse en Alemania- en un trágico accidente aéreo que cobró la vida de ambos esposos, de tres de sus hijos y de la madre del Príncipe. El joven Felipe viajó a Darmstadt, la antigua capital del Gran Ducado de Hesse, para asistir a los funerales.
En la Royal Navy
Gracias a la benéfica protección de su tío materno, Lord Louis Mountbatten, ingresó a la Escuela Naval inglesa y se convirtió en oficial de la Armada Real. En calidad de tal sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, sobre todo en el Índico y en el Pacífico. Se encontraba, según él mismo recordaba, en su buque en la bahía de Tokyo cuando los plenipotenciarios del Imperio japonés firmaron la rendición incondicional a bordo del acorazado Missouri.
Noviazgo y matrimonio
El destino del joven príncipe iba a llevarlo por rumbos insospechados, pues su tío Lord Mountbatten se había esforzado en relacionarlo con la familia real. La princesa Isabel se había sentido atraída por el alto y apuesto oficial de la Royal Navy, por lo que se inició el noviazgo, mismo que los condujo a la boda que se celebró en la abadía de Westminster el 20 de noviembre de 1947. El contrayente hubo de renunciar a sus derechos hereditarios como príncipe de Grecia y cambió el apellido Battenberg de su madre por la versión inglesa de Mountbatten. El Rey Jorge VI le concedió el título de duque de Edimburgo. Sin embargo, tuvo que esperar a que su ya esposa subiera al trono, en 1952, para volver a tener el título de Príncipe y el tratamiento de alteza real.
La carrera naval quedaba en el pasado. El príncipe Felipe acompañó a la Reina Isabel en los momentos en que el Imperio británico se transformaba en la Comunidad Británica de Naciones, su tío, Lord Mountbatten, fue el último Virrey de la India, la cual alcanzó su independencia en el mismo año de la boda de los jóvenes príncipes Isabel y Felipe.
La real pareja tuvo cuatro hijos: Ana, la princesa real; Carlos Felipe Arturo Jorge, príncipe de Gales, heredero de la Corona; Andrés, duque de York y Eduardo, conde de Wessex.
El vídeo arriba muestra imágenes de la audiencia que la Reina Isabel y el ahora fallecido Príncipe Felipe tuvieron con el Papa Juan XXIII en 1961.
Apoyo a la reina
La apretada agenda de compromisos reales tuvo siempre en él a un importante pilar. Tanto en suelo británico como en visitas a países de la Commonwealth, muchos de los cuales eran independientes pero seguían teniendo a la Reina Isabel como Jefe de Estado. La figura del Príncipe consorte era infaltable y brindó su apoyo a la Reina desde un discreto segundo plano.
En las visitas al extranjero, los uniformes del príncipe conferían un digno complemento a los vestidos en tonos pastel de su real esposa.
El yate real, el Britannia, los condujo sobre las olas a muchos de esos viajes. Se hablaba con frecuencia de sus ocurrencias y de su fino humor británico.
Retiro
Hasta 2017, cuando se retiró de sus compromisos oficiales, el Príncipe consorte participó en miles de ceremonias y compromisos oficiales y confirió, con su presencia, la necesaria dignidad a todos ellos. Aún después de su retiro se le pudo ver ocasionalmente en ceremonias oficiales.
Con la llegada del Covid-19, tanto la Reina como el Príncipe se confinaron en el castillo de Windsor.
A principios del presente año, el príncipe Felipe fue hospitalizado y operado. Lo prolongado de su hospitalización dio ligar a una preocupación generalizada, habida cuenta de su edad.
Despedida
Ahora, los festejos que se preparaban para celebrar su centenario habrán de dar lugar a las honras fúnebres y a la despedida de uno de los principales representantes de la monarquía británica en las últimas siete décadas.
*Abogado e historiador
robertomayorga@yahoo.com