Sáenz hijo fue médico, graduado de la Universidad de San Carlos, pero casi no ejerció la profesión porque se consagró por completo a la música.
En su carácter de director de orquesta impulsó el montaje de óperas de Gaetano Donizetti (1797-1848) y de Gioacchino Rosino (1792-1868), para lo cual tradujo los textos e hizo los arreglos para orquesta. Asimismo ayudó a varios cantantes a perfeccionar su técnica.
Fue tal el éxito de su empresa que dicho género, prácticamente desconocido a mediados del siglo XIX, ganó muy pronto la preferencia de los guatemaltecos.
Algunas de las óperas que puso en escena con éxito en el teatro Variedades, situado en aquel entonces en la 10a. calle de la zona 1, fueron Belisario (1856), La sonámbula, La hija del regimiento y Una italiana en Argel.
Su Gran Missa Solemne obtuvo elogios en París y México, por su excelente armonía.
Cuando la Sociedad Filarmónica se afilió a la Sociedad Económica de Guatemala y obtuvo su personalidad jurídica en 1842, Benedicto Sáenz hijo fue electo presidente, en tanto su amigo y tutor José Eulalio Samayoa —fundador de la entidad— era vicepresidente.
En 1856 falleció, a los 42 años, debido al cólera morbus.
REPERTORIO SINGULAR
Músico que trascendió fuera de las fronteras.
Invitatorio al Sagrado Corazón de Jesús, Dueto a la Santísima Virgen, Cuatro himnos al Santísimo, Parce mihi, Salve Regina, Domine salvam fac republicam, Regina sine labe concepta (1885), Miserere grande (estrenado en Roma).
Estas estaban ajustadas a todos los principios de la armonía y del buen gusto.
Escribió algunos valses, tonadas e himnos patrióticos. Ocupa un lugar relevante su vals Xelajú, que grabó la marimba Hurtado Hermanos.