Escenario

Qué proyecto llevó al guatemalteco Julián Amorín a estar en los premios Falling Walls 2023 en Alemania

Por más de 25 años el científico guatemalteco Julián Amorín ha llevado la ciencia a niños, adultos mayores y otros grupos. Hoy su proyecto llega al otro lado del mundo.

Julián Amorín durante su presentación en Alemania en el Falling Walls 2023.  (Foto Prensa Libre: cortesía Falling Walls)

Julián Amorín durante su presentación en Alemania en el Falling Walls 2023. (Foto Prensa Libre: cortesía Falling Walls)

Julián Darío Amorín Montes es su nombre completo, pero es conocido como Dr. Demo. Sus proyectos de ciencia matizados con diversión son un tipo de apostolado con el que quiere transformar su mundo.

Nació el 30 de junio de 1959, por lo que tiene 64 años y actualmente está en Europa. Su proyecto dedicado a acercar la ciencia a todos fue seleccionado como parte de las exposiciones que se presentan en la Semana de la Ciencia en Berlín, de la Cumbre Internacional Falling Walls, Amorín participa del  5 al 10 de noviembre. (La Fundación Falling Walls se inspira en la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 y el amanecer de una nueva era de libertad).

Su conferencia es sobre el Laboratorio del Dr. Demo, parte del proyecto Ciencia sin fronteras, el cual ganó un puesto entre 200 proyectos que participaron en su categoría.

Conversamos con él un par de semanas antes del viaje, en medio de una agenda apretada por sus compromisos laborales, sumado a la preparación de su presentación que está siendo esta semana y de la que ya nos compartió algunas imágenes y videos.

Este festival científico anual reúne a personas de la ciencia, los negocios, la política, el arte y la sociedad. Participan 150 organizaciones, 600 ponentes y más de 20 mil personas entre los que se conectan en línea y los que acuden a la cita para intercambiar conocimientos y ponerse al día con los últimos logros científicos del mundo.

¿Le gustaba la ciencia desde niño?

Siempre me gustó la ciencia. No era un estudiante que se pasara detrás de los libros, pero sí travieso y por ello utilizo esa analogía: los niños son científicos porque una travesura es un experimento que se salió de control.

¿Cuántos años lleva el espectáculo del Laboratorio del Dr. Demo y cómo empezó?

Tenemos 26 años de hacerlo. El proyecto nació cuando terminé una asesoría en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y me puse a pensar qué hacer. Estaba coleccionando libros de ciencia para niños o enseñanza de la ciencia que se confunde con la magia, como el volumen Trucos de sobremesa. Quería trabajar con niños y con ciencia.

Encontré personas que hacían demostraciones y estudié más al respecto. Ofrecí el evento en rótulos que coloqué en las carteleras de los supermercados. Unas semanas después alguien llamó y así empecé junto mis asistentes, mi esposa y mi hija de 5 años. Era el cumpleaños de un niño. Una maestra asistió a la fiesta y nos invitó a hacer una presentación en su clase de Ciencias.

Hicimos con teatro de luz negra la fotosíntesis —proceso químico que se produce en las plantas, las algas y algunos tipos de bacterias cuando se exponen a la luz del sol—.

(Compartimos el video de Julián Amorín explicando más sobre ciencia)

Una alumna llegó a su casa a hablar de fotosíntesis y como era muy pequeña, sus padres nos llamaron para ver cómo le habíamos enseñado eso y le mostramos un vídeo de la actividad. Gracias a esto no invitaron a la celebración de una primera comunión, y de ahí en adelante, de boca en boca, nos han seguido invitando. Mis asistentes han sido mi esposa, Jayne Cabrera, a quien llamamos Madame Curita —por Madame Curie, una física y química polaca nacionalizada francesa y pionera en el campo de la radiactividad— y mi hija, María Isabel, llamada Atomín, tenía 5 años cuando comenzamos.

Cabe precisar que María Isabel se convirtió en una de las científicas más destacadas del país. Se graduó como química de la Universidad de San Carlos de Guatemala y obtuvo una beca para la maestría en Química de Materiales en la Universidad de Edimburgo. En 2022 su proyecto CrustaTec fue  seleccionado como finalista de Falling Walls Venture 2022.

 

¿Cómo fue elegido para participar en la Semana de la Ciencia en Alemania,  en la categoría de Compromiso científico (Falling Walls Engage)?

En parte porque mi hija, durante sus estudios, ha participado en diferentes eventos y aplicado, así que vio una oportunidad para presentar el espectáculo. La sorpresa fue recibir el correo de que estábamos entre los 50 proyectos elegidos. Luego, en otra selección, quedamos entre los 20 que se presentarán en Alemania.

¿Cómo se está preparando para el eventos?

Aunque he impartido algunas conferencias en inglés, no había hecho algo como esto, así que estoy practicando. Vamos a concursar y tenemos cinco minutos. Ahora nos preparamos ensayando para contar en ese tiempo 26 años de trabajo.

El proyecto es llamado Ciencia sin Fronteras, porque hemos llegado a grupos como asilos de ancianos, nos presentamos con personas sordomudas, escuelas, colegios, colectivos indígenas y también hemos estado en Honduras y México.

Ahora será en Alemania. El premio es el viaje y la oportunidad de escuchar las conferencias. En el evento, entre los 20 participantes en esa categoría se elige a uno, que será la revelación en ese grupo. Esto abre las puertas para ofrecer la misma presentación frente a un público más grande. No hay premios en efectivo, pues lo principal es que que se conozca el trabajo que se está llevando a cabo.

¿Para usted qué ha significado estar en contacto por más de dos décadas con los niños y público tan diverso?

Estamos contentos de ver hasta dónde hemos llegado, pero también hay una parte que nos hace sentir insatisfechos porque detectamos en las presentaciones a niños con talento científico, que tienen un cerebro diferente, pero no podemos darles el seguimiento para que se preparen más y estamos perdiendo talentos.

Esperaría que empresas u organizaciones se comprometieran a apoyarnos y prepararlos para el futuro. También quisiéramos dar capacitaciones a maestros. Un tiempo lo hicimos con Prensa Libre en un proyecto educativo y eso lo queremos replicar en otros lugares. Siempre ofrecemos capacitaciones gratuitas a maestros, pero en 26 años solo dos instituciones han aceptado. Eso es triste.

En uno de los viajes a México, ellos aceptaron la capacitación y llegamos con la ciencia a cerca de 700 maestros.
Otro sueño es que a los niños en las instituciones educativas no les den solo computadoras; deberian tener también microscopios, porque ellos pueden cambiar la mente con ello. Por ejemplo, cuando ven una gota de agua repleta de microorganismos y reconocen que es agua contaminada, le pueden decir a sus padres que no tomen esa agua porque tienen pruebas de por qué puede ser dañina.

…Hay una parte que nos hace sentir insatisfechos porque detectamos en las presentaciones a niños con talento científico, pero no podemos darles el seguimiento para que se preparen.

Usted es hijo de Rubén Amorín, uno de los grandes entrenadores de futbol. Él dirigió a los tres equipos con mayor historia en el país, ganó ocho cetros de Liga y en 1967, como entrenador de la selección nacional, llevó al equipo a ganar el tercer Campeonato de Naciones de la Concacaf (Norceca) que se disputó en Honduras. ¿En algún momento usted quiso ser futbolista?

Sí, jugué un tiempo. Una de las anécdotas que comparto es que mi papá nos dijo a mi hermano y a mí que si no éramos tan buenos como Edson Arantes do Nascimento, “Pelé”, o Franz Beckenbauer, debíamos estudiar porque era lo único que nos podía heredar, y eso hicimos.

¿Qué ha significado el apoyo de su familia en este proyecto?

Sin mi esposa e hija no sería posible el Laboratorio del Dr. Demo. Nosotros no tenemos un sueldo fijo por esto, sino vamos viviendo de lo que nos van contratando y las cosas que vamos inventando. Hay momentos que en el plano económico son difíciles y mi esposa podría decirme que deje las locuras y busque un trabajo fijo, pero no ha sido así. Sabemos que vale la pena. También he tenido el gran apoyo de mi querida mamá, Paquita de Amorín, nunca deja de rezar un Rosario por nosotros.

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.