Berlín conmemora 24 años de la apertura de los archivos de la Stasi con una jornada de puertas abiertas en la antigua central de esta policía secreta, desde donde se vigiló y espió la vida de decenas de miles de alemanes al este y al oeste del muro.
Esta conmemoración se enmarca dentro de los fastos que se están organizando en Berlín con motivo del 25 aniversario de la caída del muro, que se cumplirá el próximo 9 de noviembre, y que separó la capital alemana durante más de 28 años, simbolizando la división del mundo durante la Guerra Fría.
La jornada permite a los visitantes adentrarse en la Central del Ministerio de Seguridad, hoy museo de la Stasi, y pasar por el despacho original de Erich Milke, jefe de la Stasi entre 1957 y 1989, su dormitorio privado y la sala de conferencias.
El Ministerio de Seguridad del Estado fue fundado, por inspiración soviética, el 8 de febrero de 1950 y estaba subordinado al Ministerio de Interior de la RDA.
Según explicó entonces el ministro de Interior, Karl Steinhoff, en el Parlamento de la Alemania oriental, su cometido sería “la protección eficaz de las empresas nacionalizadas, los bienes agrícolas y el transporte del ataque de elementos criminales, agentes enemigos, insurgentes, saboteadores y espías”.
Sin embargo, fue bajo la dirección de Mielke cuando el servicio de seguridad de la RDA llegó a su máxima extensión, convirtiéndose en el gran fiscalizador de la vida privada de sus propios ciudadanos.
En 1988, el Ministerio de Seguridad de la RDA contaba con 91 mil 015 trabajadores además de 189 mil informantes que colaboraban con él de forma oficiosa y que se repartían por toda la geografía alemana, incluyendo unos 3 mil en Alemania Occidental.
Entre estos espías occidentales sobresale el caso de G nter Guillaume, consejero del canciller Willy Brandt -1969-1974- y conocido como “el espía de la cancillería”, quien entregó numerosa información a la RDA y cuyo desenmascaramiento precipitó la dimisión de Brandt.
Tan minucioso fue el celo mostrado por la Stasi en su labor de vigilancia que, cuando se abrieron los archivos centrales y los de las oficinas regionales, y a pesar de que el proceso de destrucción de archivos había comenzado, los documentos reunidos cubrían una superficie de 158 kilómetros.
Según la Comisión para los Documentos sobre los Servicios de Seguridad de la Antigua RDA -BStU-, encargada de la custodia de las actas de la Stasi, además de miles de informes escritos, se encontraron 1,7 millones de fotografías, 2 mil 800 vídeos y 27 mil 600 archivos de audio.
Uno de los investigados fue el delantero del Dinamo de Dresde y jugador de la selección de fútbol de la RDA, Peter Kotte, quien fue detenido por la Stasi en 1980 poco antes de que el equipo volase a Argentina, acusado de pretender huir al aterrizar en el país latinoamericano.
Kotte, fue retenido en las oficinas de la Stasi unos días, y tras su liberación sufrió la prohibición de jugar con la selección y en cualquiera de la ligas mayores, siendo relegado a equipos menores.
Sólo en 1990, después de la caída del muro, fue rehabilitado, aunque en cualquier caso ya era demasiado tarde, ya que Kotte se había retirado en 1984 a causa de una lesión.
En la actualidad, cualquier persona que quiera conocer su acta puede solicitarlo a la BStU de modo gratuito y, de acuerdo con datos de esta organización, desde su fundación en 1992 hasta final de 2013, casi tres millones de ciudadanos han hecho uso de este derecho.
En total, uniendo a estos las solicitudes de investigadores y periodistas, han recibido en total cerca de siete millones de demandas para la apertura de actas.
Sólo durante el pasado año, más de 20 después de la creación del BStU, 64 mil 246 solicitudes fueron presentadas para acceder a los documentos clasificados que aún se conservan.