En las ediciones anteriores, el festival contaba con un gran presupuesto por parte del Gobierno local, si bien falta de guía artística y de negocio, un objetivo que este año se quiere suplir con Mueller.
El público -sobre todo, joven- esperó durante horas la llegada de las estrellas en la alfombra roja situada en el complejo del lago Yanqi, a una hora del centro de la ciudad de Pekín.
Junto a estrellas locales como el director Feng Xiaogang (Aftershock) y actrices de Ópera china, el exgobernador de California recibió una de las mejores bienvenidas del público, que no paró de gritar su nombre hasta que el actor comenzó a acercarse a saludar uno a uno a los presentes.
Schwarzenegger y Besson tienen un lugar especial en esta edición del festival. El primero de ellos, encargado de dar un discurso en la ceremonia de apertura, y el segundo como líder del jurado.
Este año, quince películas competirán por los Premios Templo del Cielo, entre los que se incluyen mejor director y mejor película.
Destacan, entre ellas, algunas coproducciones -un modelo de negocio que el Gobierno chino quiere potenciar- como la sinofrancesa El último lobo del director francés Jean-Jacques Annaud, que también desfiló junto a sus compañeros de producción por la alfombra roja pequinesa.
Annaud vuelve por la puerta grande a China, después de ser vetado en el país asiático por Siete años en el Tíbet, cinta protagonizada por un Brad Pitt que traba amistad con el Dalai Lama en la época en la que China ocupó la región.
La película, que puso el nombre del director en la lista de ciudadanos “no deseados” por Pekín, desaparecía casualmente de la biografía de Annaud que el festival hoy incluía en el libro oficial del certamen que repartía a periodistas.
Junto a El último lobo, dos películas de habla española también han entrado en la lista final de competidores, la colombiana El silencio del río y la mexicana El comienzo del tiempo, de los directores Carlos Tribiño y Bernardo Arellano, respectivamente.
Hasta 300 películas chinas y extranjeras, entre ellas la saga de El Padrino o filmes galardonados en los Óscar de este año como Birdman y que aún no han sido estrenados en China, se podrán ver en distintas salas de la capital durante los ocho días que durará el certamen, hasta el 23 de abril.
Este año, los organizadores han conseguido mejorar el número de estrenos que se producirán en el país en el marco del festival, entre ellos, el del filme japonés Sono Sion Love and Peace, un gran logro para China según los expertos.