Escenario

Sean Penn se defiende de críticas en Cannes

Sean Penn presentó el viernes en Cannes “The Last Face”, filme que denuncia los conflictos humanitarios en el mundo, pero también una historia de amor, porque el cine debe entretener, pero solo si “el entretenimiento no es sinónimo del comportamiento de Donald Trump”.

El actor y director estadounidense habla del drama humanitario de su película "The Last Face", en conferencia de prensa en Cannes. (Fotos Prensa Libre, AFP)

El actor y director estadounidense habla del drama humanitario de su película "The Last Face", en conferencia de prensa en Cannes. (Fotos Prensa Libre, AFP)

Lo que las crisis humanitarias  y el problema del hambre hacen es “alejarnos de nuestra humanidad”. Encontrar “belleza a nuestro alrededor es una forma de buscarle una solución, pero lo que consideramos belleza es más bien una perversión. Y eso es lamentable”, reflexionó el realizador.

Protagonizada por Charlize Theron y Javier Bardem, The Last Face recibió este viernes duras críticas, después de su primer pase para la prensa en Cannes, a cuyo fin hubo abucheos, lo que no ha impedido al director asegurar que la defiende “tal y como es”, aunque señaló que “todo el mundo tiene derecho a su opinión”.

Una película pretenciosa y grandilocuente que busca la belleza -especialmente de Charlize Theron- en medio del caos de varios conflictos en África, sobre todo en Sierra Leona, donde se desarrolla la historia de amor de estos dos médicos cuyo trabajo está centrado en la ayuda humanitaria.

Unos médicos que pueden ser los héroes de la historia, aunque en realidad son la gente de esos lugares, que tienen “vidas extremadamente difíciles, los verdaderos héroes”, en opinión de Penn.

Al respecto, Bardem señaló que para él los héroes del mundo actual son “la gente normal que trata de alimentar a sus hijos con un salario horrible o sin trabajo”, aunque también valoró el trabajo de médicos como el que interpreta y citó el caso del último pediatra que quedaba en la zona controlada por los rebeldes sirios y que falleció en un bombardeo hace pocos días.

“Lo que hacen es tan grande y tan inalcanzable para mí que yo los llamaría héroes”, agregó el actor español.

Mientras, Theron expresó su admiración por las personas que trabajan en esas “brutales condiciones en lugares de conflicto, entre el dolor y el sufrimiento”.

Por lo que ella ha conocido durante el rodaje, esas personas no se creen más importantes por el trabajo que realizan. No lo hacen por eso ni por una cuestión de ego, sino porque conectan con la gente con la que viven y a la que quieren ayudar, indicó.

Penn se mostró de acuerdo con Theron sobre el “maravilloso trabajo que hacen estas personas en el terreno”, pero reconoció que la historia le atrajo por el hecho de que aunque desarrollan esa labor de manera altruista, también lo hacen por la necesidad de sentir la adrenalina.

Y preguntado sobre cómo gestionar los egos de todos los miembros del equipo, el realizador afirmó que “el primer desafío es gestionar tu propio ego”.

Hubo excepciones, señaló Penn, quien afirmó que “algunas personas en esta mesa (de la conferencia de prensa, en la que también estaban Jean Reno, Adele Exarchopoulos y Jared Harris) son extraordinariamente humildes y todos nos beneficiamos de ello”.

No precisó el realizador a quién se refería en una comparecencia en la que él y Charlize Theron -que eran pareja en el momento de realizar el filme pero que rompieron su relación poco después de acabarlo- se dedicaron buenas palabras pero apenas se miraron.

Penn recordó que había leído el guion hace mucho tiempo e imaginado a la actriz como protagonista. “Y especialmente Charlize con Javier. Soy un fan de las buenas interpretaciones”. Theron alabó la forma realista de rodar de Penn, que hizo que la película sea “real y tangible”.

Una historia de conflictos pero sobre todo de amor, como se encargó de recordar Javier Bardem, que fue el primero en estar implicado en la película, de la que le atrajo precisamente su lado más romántico.

Una película que compite por la Palma de Oro de Cannes, algo que cineastas como Woody Allen o Steven Spielberg han rechazado hacer.

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