Para tratar de poner remedio, el Vaticano tiene previsto instalar en 2013 en la entrada de la Sixtina unos potentes aspiradores que absorban las peligrosas partículas de polvo de la ropa de los visitantes y unas alfombras especiales para limpiarles los zapatos. Además, antes de su ingreso triunfal en la capilla, los turistas pasarán por una sala en las que se les reducirá la temperatura corporal y el nivel de humedad. “Porque polvo, temperatura, humedad y anhídrido carbónico son los graqndes enemigos de los frescos”, aseguró en una entrevista al Corriere della Sera, Antonio Paolucci, el director de los Museos Vaticanos.
Pero, aún así, la Santa Sede parece decidida a reducir el número de visitantes de la Capilla Sixtina, y que en los últimos 20 años se ha duplicado. Para ello, creará una Capilla Sixtina virtual con proyecciones a gran tamaño de los frescos de Miguel Ángel y acompañados de explicaciones.