Escenario

Viena se vuelca con la 60 edición del Festival de Eurovisión

Un escenario en forma de gigantesco ojo está tomando ya forma en Viena para captar todas las miradas que se fijarán sobre el Festival de Eurovisión, cuya final se celebra el sábado 23 en la capital austríaca.

Festival de Eurovisión acapara la atención en el mundo de la música. (Foto Prensa Libre: EFE)

Festival de Eurovisión acapara la atención en el mundo de la música. (Foto Prensa Libre: EFE)

El auditorio municipal Stadthalle y toda la ciudad se preparan para recibir a los 40 candidatos a convertirse en la estrella de la canción de Europa.

Todos ellos pasarán por el escenario de 43 metros de ancho, 14 metros de alto y 22 de profundidad, y compuesto por 1 mil 270 piezas equipadas con luces LED que darán luz y color a cada actuación.

La forma del escenario está inspirada en el lema de la 60 edición de Eurovisión, Building Bridges (Construyendo puentes), para unir a las distintas culturas, países y personas.

El auditorio tiene capacidad para 10 mil 500 personas. En total, la radiotelevisión pública austríaca ORF prevé alcanzar 95 mil entradas vendidas para los nueve espectáculos, entre ensayos, semifinales y la gran final del sábado, que se celebrarán en esta edición.

Pero no solo en la Stadthalle se nota que Viena es la ciudad que alberga este año el certamen.

Los taxis y los tranvías de la ciudad se han vestido para la ocasión con el logo y los colores de Eurovisión y en distintos puntos de la capital hay pantallas y postes electrónicos que muestran la cuenta atrás hasta que comience la fiesta musical con la primera semifinal, que se disputa mañana. La segunda está prevista para el día 21.

La Rathausplatz, la plaza del Ayuntamiento, será uno de los puntos de encuentro de los fanes de Eurovisión.

Ahí se montará una auténtica Eurovision Village donde no solo se podrá disfrutar de la retransmisión pública en directo de las distintas actuaciones, sino que se podrá asistir a la presentación en vivo de los representantes de los 40 países que compiten.

Una alfombra roja de 200 metros se desplegará por la avenida de la Ringstrae -el bulevar que rodea el centro de la ciudad- hasta el Ayuntamiento, donde el alcalde de Viena dio el domingo último la bienvenida a las cuarenta delegaciones.

Desfiles de moda, concursos, actividades familiares y otras actuaciones forman parte también del programa especial de Villa Eurovisión.

Con la victoria en el 2014 de la “mujer barbuda”  austríaca Conchita Wurst, Viena se ganó el honor de acoger este año la edición número 60 de Eurovisión.

Conocida como una de las capitales mundiales de la música clásica, ahora tiene la oportunidad de demostrar que también puede ser centro del pop y la canción ligera.

La ciudad se ha volcado tanto con Eurovisión y con su ganadora que la voz de Conchita hasta puede escucharse por los altavoces de las estaciones de metro, lanzando mensajes de amor, diversidad y respeto.

En esa misma línea de defensa de la tolerancia, varios semáforos del centro han cambiado el habitual peatón que indica cuando cruzar y cuando esperar por parejas de todo tipo: hombre y mujer, mujer y mujer y hombre y hombre.

Aparte de música, quienes visiten Viena durante el festival van a encontrarse una ciudad de 1.8 millones de habitantes, centro cultural y político de Austria y con una enorme oferta artística y turística.

Capital hasta 1918 del Imperio Austro-Húngaro, la ciudad destaca también por su patrimonio artístico y arquitectónico.

En la Ringstrae, que este año cumple su 150 aniversario, se suceden varios de los centro del poder, la cultura y la ciencia del país: La Universidad, el Ayuntamiento, el Burgtheater, el Parlamento, el antiguo Palacio Imperial, museos, la ópera…

El año pasado la capital austríaca batió su récord de turistas con 13.5 millones de visitas con estancia nocturna, un 6.3 por ciento más que año anterior.

Unas cifras que este año podrán verse fácilmente incrementadas con motivo de la celebración del Festival de la Canción de Eurovisión 2015.

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