La muestra recoge el llamado periodo Tarmas, pueblo del litoral venezolano donde Goldschmidt desarrolló su carrera.
“Es un periodo figurativo donde hay atisbos de abstracción, obras donde se ven algunas de sus búsquedas como artista, como la transparencia a través de planos y el uso del color, que luego dejó de usar porque se enfocó en la búsqueda de la línea en el espacio”, dijo la comisaria de la Sociedad de las Américas, Gabriela Rangel.
Gertrud Goldschmidt, que se dio a conocer como Gego (contracción de su nombre y apellido), nació en el seno de una familia judía acomodada, pero es considerada venezolana porque fue allí donde nació como artista y realizó su obra, destacó Rangel.
Sus obras más importantes se produjeron en los años 1960 y 1970, durante el apogeo de la popularidad del arte abstracto geométrico.
Gego, que era arquitecto-ingeniero, se estableció en Venezuela cuando tenía 27 años, escapando a la situación política en Alemania, se casó y durante diez años sólo se dedicó a atender un taller donde vendía lámparas y muebles que ella hacía.
Tras divorciarse, se mudó a Tarmas, en el litoral central venezolano donde volvió a casarse y comenzó su obra, periodo en que realizó “esculturas geométricas un poco toscas, quizás buscando un trabajo propio” pero que mostraban ya quién sería esta gran artista, que desarrolló “uno de los modos de abstracción mas exquisitos que han surgido”.
“Ella encontró un ambiente propicio para su trabajo en Venezuela que estaba en pleno desarrollo económico. Es una de las artistas que desarrolla un lenguaje de abstracción muy particular y por eso es una de las más importantes que surgió en la postguerra”, reiteró Rangel.
La comisaria recordó que Gego, cuyo trabajo parte de la línea como elemento generador, produjo una serie de obras abstractas “de una delicadeza infinita, donde se ve que hay una especie de mirada femenina, una mirada que desordena el espacio”.
“Nos muestra que el espacio no es estable, que es infinito y que coexisten muchas otras cosas que no podemos ver pero que están ahí. Eso se ve en su obra”, agregó.
Recordó que la artista expuso en 1969 en la Sociedad de las Américas su obra más importante, Reticuláreas, que se compone de una serie abstracta de piezas de aluminio y acero que unió para crear un tejido de redes.
La comisaria, una gran admiradora de Gego, explicó que se trata de una especie de instalación que la artista tejió a mano con alambres de floristería e industriales -que usaba con frecuencia para sus trabajos- hechas a partir de triángulos, donde el espectador entraba “y se encontraba con una delicadeza de líneas en el espacio”.
La colección permanente del Reticuláreas se encuentra en la Galería de Arte Nacional en Caracas, en Venezuela.
Su obra forma parte de las colecciones de museos como el MOMA de Nueva York y, en los últimos años, se han llevado a cabo en museos del mundo, exposiciones restrospectivas de esta gran artista: el Fine Arts Museum (Houston), el Macba (Barcelona), el Museo de Bellas Artes (Venezuela) y el Malba (Buenos Aires).