En el momento de la explosión, ella vivía a tan solo 1.5 km de la zona cero de la deflagración. Nueve años después fue diagnosticada con leucemia, conocida como “enfermedad de la bomba A”. Una amiga le recordó una vieja leyenda sobre alguien que elaboró mil grullas en papel —origami— y gracias a ello los dioses le concedieron un deseo. Sadako tenía la esperanza de que los dioses le concedieran el deseo de recuperarse; sin embargo, pensó que no sería justo pedir solo por su curación, por lo que pidió también por la paz para el mundo.
El avance de la enfermedad impidió que acabara la tarea —llegó a completar 644 grullas—, por lo que su familia la completó. Murió el 25 de octubre de 1955, a los 12 años.
Conmovidos por esta famosa historia, los estudiantes de Haeussler, propusieron hacer las mil figuras con el fin de pedir por la paz de Guatemala, y aprendieron cómo hacerlas. “Les llevó tres semanas elaborarlas. Un día hacían 20, otro 10, hasta que completaron las mil de varios colores, con papel reciclado y con mensajes de paz”, explica la docente.
“Los niños quieren inspirar a otros a hacer lo mismo, y empezar como una cadena de paz”, agrega. Es por eso, que el viernes 28, a las 10 horas, en el Palacio Nacional de la Cultura, habrá una ceremonia en la que varios niños colocarán las figuras de origami que crearon, en el Monumento de la Paz.