El estudio explica que todos los voluntarios fueron sometidos a imagen por resonancia magnética, cuando estaban descansando, pero también cuando practicaban meditación. Los investigadores descubrieron que al practicar la técnica de concentración, la actividad cerebral de los sujetos era prácticamente la misma que cuando descansaban.
Estos hallazgos sugieren que la meditación no directiva “permite más espacio para procesar los recuerdos y las emociones que durante la mediación basada en la concentración”, afirmó Svend Davanger, líder del estudio.