Vida

Listos para un chapuzón

La natación es uno de los deportes más completos, ya que en este se trabajan distintas partes del cuerpo y se estimula la coordinación motora, los músculos y la respiración.

Las relaciones padres e hijos se fortalecen en este tipo de actividades.

Las relaciones padres e hijos se fortalecen en este tipo de actividades.

“De todos los ejercicios, teóricamente, nadar es uno de los mejores”, asegura el pediatra Luis Fernando Lara, quien recomienda esperar a que el bebé cumpla 6 meses para inscribirlo en clases de natación.

“A partir de esta edad, el sistema inmunitario ya está maduro y lo pequeños tienen más fuerza en el tronco. Previo a los 6 meses se corre el riesgo de que se enfermen —infecciones en los oídos o en la piel— y pueden tragar agua”, añade el experto.

Muchos padres acuden con sus hijos a centros de natación por recomendación médica. “Rocío, de 7 años, cuando tenía 3 le diagnosticaron problemas en los bronquios, por lo que el pediatra nos motivó a que ella practicara este deporte. Los ejercicios respiratorios que ha aprendido en las clases le han servido para evitar enfermedades. Hasta el momento no ha tenido ninguna complicación pulmonar”, explica Elena de Herrera, mamá de Rocío.

Mejor estilo de vida

Érica Mazariegos, instructora del Club de Natación Guajitos, señala que el principal beneficio se ve a escala personal, ya que los infantes crean más independencia y seguridad en sí mismos. Además, los padres tienen la oportunidad de generar un vínculo más fuerte con sus hijos, ya que uno de ellos y dependiendo de la edad del pequeño, debe sumergirse con él en el agua.

De acuerdo con Aracely Velásquez, de Aquatic Center, la confianza también es para los adultos, ya que los bebés no tienen temores. “Básicamente trabajamos para quitarle el miedo a los padres. Regularmente son ellos quienes les transmiten ansiedad e inseguridades a sus hijos”, agrega.

Las capacitadoras coinciden en que la natación es una actividad física de seguir instrucciones. Si los padres están tranquilos y aprenden a apegarse a ciertas reglas, el niño también lo hará.

Parece juego

Aunque las clases de natación, en apariencia, solo sean un juego, tiene efectos positivos a largo plazo. “Ayuda a ser constantes y responsables, así como a trabajar en equipo. Los niños que la practican crecen con la idea de llevar una vida saludable”, puntualiza Lara.

Se recomienda que los padres visiten varios centros de natación antes de elegir uno, puesto que así seleccionarán el que más se adapte a sus requerimientos en cuanto a costos y horarios.

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