Vida

El mágico oficio de los lutieres

Los lutieres son los encargados de crear  y en algunos casos  restaurar instrumentos históricos de cuerda frotada, como violines, violas, chelos, guitarras, entre otros.  Su vocablo deriva de la palabra francesa luth, que se refiere al instrumento llamado laúd.

El oficio de los lutieres requiere paciencia y dedicación

El oficio de los lutieres requiere paciencia y dedicación

La lutería se remonta a la Edad Media, cuando personas conocidas como hacedores se dedicaban a fabricar instrumentos.
En el siglo XVII, el alemán Michael Praetorius publicó el  Syntagma Musicum, un documento sobre el tratamiento de instrumentos musicales y su  organología y fabricación.
Con el tiempo, este oficio se hizo más frecuente y de mayor precisión.   El lutier italiano Antonio Stradivari fue uno de sus principales representantes.

En Guatemala, Manuel Solís fue uno de los pioneros en el arte de la lutería, esto  en el siglo XX.   
A pesar de  ser una profesión poco frecuente, hay algunos lutieres quienes han aprendido el arte en el extranjero. En esta edición se incluyen las historias de dos lutieres que han dedicado su vida a crear estos codiciados instrumentos musicales.

El alquimista del sonido
Marco Barrios es músico y lutier, una combinación ideal para este oficio. En su taller alberga decenas de violines, a los cuales cuida con estrictos estándares climatológicos. “Una variación en la humedad o temperatura puede afectar severamente la madera, y con ello el sonido del instrumento”, explica Barrios.
Este lutier se dedica al  oficio desde hace más de 20 años. “Debemos conocer las diferentes escuelas, la historia de instrumento y las técnicas que se le aplicaron al  crearlos”, agrega.
 Para Barrios, los principales daños que reciben los instrumentos se deben al contacto con el ambiente, el humo y el uso que se le da.   Las restauraciones en violines no son para  fines decorativos. “Los instrumentos que vienen conmigo no son para colgarse en una pared, son para volverse a interpretar y devolverles la vida”,  puntualiza.

Marco Barrios tiene 20 años de dedicarse a este oficio de la lutería. (Foto Prensa Libre: Ángel Elías)

Secretos de la lutería
La lutier Feiga Siedler siempre tuvo una inclinación por las artes y la música. “Comencé en la escultura y luego estuve en el Conservatorio Nacional de Música. A veces las cosas se confabulan contra una, y descubrí la lutería.  En este arte mi maestro fue estadounidense   Antonio Rizzo, quien me enseñó los secretos”, revela  Siedler.
Este oficio necesita mucha dedicación y esmero, opina.
 “Usamos maderas de maple y pinabete, las cuales importamos de bosques europeos”, dice.
En su taller alberga algunos violines y chelos que esperan ser reparados o terminados. “Todos los instrumentos son importantes. Acá vienen concertistas a reparar o afinar sus instrumentos. Para mí, todos los instrumentos tienen el mismo valor y por lo tanto el mismo tratamiento”,  comenta.
 Siedler ha dedicado su vida a la lutería, profesión que dice le deja cada día grandes satisfaccioines.

Feiga Siedler dice que ser lutier es su pasión. (Foto Prensa Libre: Ángel Elías).

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