La cantante de Barbados, Rihanna fue una de las primeras invitadas en llegar al espacio blanco instalado en el Museo Rodin, lugar elegido por la histórica firma francesa para descubrir la colección de otoño-invierno, y al que también acudieron la actriz estadounidense Jessica Alba y la modelo checa Eva Herzigova.
En la primera fila también estuvo la periodista Valérie Trierweiler, quien reapareció así públicamente después de que se diera a conocer su ruptura con el presidente de la República francesa, Franois Hollande.
En la colección denombre Las luces de la ciudad, Simons se concentró en las piezas representativas del universo profesional de las urbes: las chaquetas largas, se tiñeron de colores y dibujaron un escote en V que fue retomado para otra prendas de la colección.
Los abrigos de lana, que compartieron con las chaquetas de traje la doble botonadura, alternaron mangas largas y a media altura, que se complementaron con largos guantes. Los adornos ondularon en diagonal y asimétricamente en la parte baja de vestidos cortos, y en los lados de una levita.
En esta colección Prêt-à-porter se lucen los cordones que, como si fueran los de unas zapatillas, decoran y atan los costados de los abrigos o el frente de algunos vestidos. En los pies, la inspiración deportiva se quedó en unos zapatos de plataforma, tacón y color.
Otra serie de la colección de Simons fue acolchada: en algunos casos solo el corpiño y en otros todo el conjunto. Los adornos en relieve cautivaron, como los de una falda roja enriquecida en los lados con estos elementos, y que se combinó con un top rosa.
Los conjuntos más vistosos fueron los de dos vestidos, es decir, uno corto, recto y sobrio interior, y otro con detalles de fantasía. Esta fusión combina desde el punto de vista de la forma, propone asimetrías y escotes y contrastes cromáticos. Se integraron en esta superposición camisetas largas de punto, bordadas, con un largo vestido de seda semitransparente salpicado de delicada pedrería.
Simons se esforzó por proponer para el próximo invierno diseños ricos en color, resplandecientes, unió fucsia con verde, y azul con naranja. El bordado de flores es un detalle que impulsó el director artístico de Dior, a ambos lados de la apertura de un vestido que simuló un broche, pero desabrochado.
Un vestido rosa en cachemir de línea A -corte que se va ampliando a medida que baja hasta los pies- sobresalió por sus formas circulares en el frente y larga en la parte trasera. Dior también presentó chaquetas de visón sin mangas en colores fuertes, como el verde hierba o el amarillo, que las modelos llevaron en la mano.