La chaqueta ajustada es fiel a la elegancia tradicional, con mangas tres cuartos y guantes de cuero. Pero los pantalones se adaptan a lo callejero, holgados, con bolsillos, combinados con calcetines blancos. Completa el look algún que otro detalle rojo, en la corbata o la solapa.
El artista estadounidense Dan Witz se coló también en la colección otoño-invierno de Dior: las parkas llevan impresas algunas de sus obras hiperrealistas de pogos, un baile que consiste en moverse a empujones, relativo al punk.
Muchas de las prendas parecen inacabadas, mostrando las costuras o incluso luciendo pequeños hilos que sobresalen de una chaqueta o incluso de un traje entero.
“Siempre me ha parecido conmovedor el paso a la edad adulta, cuando los niños se convierten en hombres pero siguen aferrándose a algunos sueños, deseos, libertades”, dijo el belga Van Assche.
La fusión de lo clásico y lo actual también es la premisa de la firma coreana Wooyoungmi.
“Queremos mezclar el armario clásico del hombre, que sigue siendo romántico y sofisticado, con el estilo callejero, con sudaderas con capucha o pantalones de jogging”, explicó la creadora e hija de la fundadora de la marca, Katie Chung.
Poética, romántica e inspirada en el movimiento esteticista del que fue abanderado Oscar Wilde en el siglo XIX, la colección de Wooyoungmi combina el clásico traje Príncipe de Gales con sudaderas, camisas de mangas extralargas y cuellos grandes.
El terciopelo también tiene cabida, así como las camisas con estampados de tartán que se combinan por debajo de otra camisa más formal.