Las madres con sus hijos fueron las protagonistas, posando como fondo de la pasarela, pero también las modelos desfilaron con sus pequeños e incluso una modelo embarazada de seis meses.
Las rosas fueron el elemento en común de toda la colección también en sus vestidos de encaje y en sus faldas de vuelo. En la primera parte del desfile vestidos cortos típicos de los años setenta de colores pastel, decorados en oro y rojo con enormes rosas.
Mensajes a mamá
Las camisas y vestidos estaban decoradas con las frases: Te quiero mamá, en francés e italiano acompañados de bordados con diseños infantiles.
El color negro y blanco también formó parte de la colección, siempre con pinceladas infantiles pero vanguardistas que presentaron a la mujer sofisticada, elegante y amada por los diseñadores.
Pero cuidado con los estereotipos: nada de delantales, ni paños para esta súpermadre, impecable, elegante en todo momento. En sus trajes retro, la mujer de los modistos italianos se desliza por la pasarela con desenvoltura, mostrando sus redondeces de mujer embarazada o con un pequeño en los brazos.
Al final de la pasarela, las “mamás” de Dolce & Gabbana desfilaron con vestidos negros de todas las formas y tejidos, en un homenaje a las mujeres de la Italia en la que los diseñadores se inspiran desde hace tiempo.