Las chicas, afiliadas con el grupo de protesta SPARK Movement, dijeron que Teen Vogue y otras revistas que llegan a manos de lectoras vulnerables presentan una noción irreal de belleza, amenazan la autoestima y son factores que contribuyen a la depresión y a desórdenes alimenticios.
Una de las organizadoras de la manifestación, Emma Stydahar, de 17 años y originaria del suburbio de Croton-on-Hudson, estaba suscrita a Teen Vogue en secundaria.
“Recuerdo ver esas revistas y pensar ‘Desearía tener sus piernas, desearía tener su cintura’. Decía: ‘Esto es lo que es bonito, pero yo me veo así” ‘ relató.
Teen Vogue señaló en un comunicado que hace un “esfuerzo continuo y consciente para promover una imagen positiva del cuerpo entre nuestros lectores” . Al igual que la editora general de Seventeen, Ann Shoket, Teen Vogue accedió a sostener una reunión privada con las chicas.
“Tenemos modelos saludables en las páginas de nuestra revista y cada año tomamos decenas de fotografías de personas que no son modelos o son lectores sin retocarlos o alterar su talla. Teen Vogue se compromete a continuar esta práctica”, decía el comunicado.
Emma y su compañera en la organización de la petición, Carina Cruz, de 16 años, quieren que la revista ponga ese comunicado por escrito en sus páginas como lo hizo Shoket en Seventeen.
Dana Edell, directora ejecutiva de SPARK, dijo que Teen Vogue presenta una moda extrema que imita los estilos de su versión adulta, en comparación con el enfoque de Seventeen en el estilo de moda adolescente.
Según Edell, la página de internet de Teen Vogue tenía el miércoles 15 modelos, todas ellas muy, muy delgadas, de las cuales 13 eran blancas.
“Esas imágenes no se ven como la mayoría de las chicas”, dijo. “Ellos muestran un tipo de belleza extraterrestre, flaca, esquelética, rubia y en los huesos”.
La manifestante Britney Franco, de 13 años y originaria de Brooklyn, está suscrita a Teen Vogue. Dice que algún día le gustaría ser fotógrafa y editora de moda.
“Amo la revista”, dijo. “Por eso quiero que cambie” .