El desfile fue elogiado por los críticos de moda, ya que cada prenda era una obra de arte, no solo por la calidad de la confección, sino por la belleza de los tejidos.
La mayoría de vestidos incluían estampados que representan la naturaleza y el respeto a Dios, sin perder la elegancia que caracteriza a Abzrieh.
Una de las creaciones más aplaudidas fue un vestido turquesa que resaltaba la silueta femenina, y que además tenía múltiples accesorios que cubrían el cuerpo y la cabeza de la modelo.
IMAGEN ÚNICA
Aunque el desfile mantuvo la esencia de las tradiciones del pueblo palestino, el diseñador se atrevió a experimentar con formas y texturas, como en un vestido de novia, el cual incluía un estilo más occidental.
Ese atuendo fue confeccionado con seda, tul y algodón orgánico. En la parte del torso se le incrustaron a mano piedras preciosas y bisutería fina, con el objetivo de crear una estética más artesanal.
En la Semana de la Moda de Ramalá participaron decenas de modistos profesionales y emergentes.