Una forma práctica de dar vida a una pared es mediante la colocación de un conjunto de cuadros que pueden referir a una misma temática —fotografías de viajes, postales, carteles— o ser una combinación de estos.
La idea consiste en reunir, como mínimo, cuatro cuadros de distintos tamaños y estilos, y agruparlos de manera irregular. También se pueden utilizar marcos iguales que estén ordenados y alineados en la misma altura; o marcos cuyas formas sean iguales, pero sus colores varíen. Una de las tendencias actuales invita a reunir marcos antiguos en color bronce y colocarlos en una pared por encima de un sillón, especialmente en las salas de estar.
La ventaja de este tipo de decoración es que se puede cambiar la ubicación de los cuadros cuantas veces se desea.