“Es una especie de testamento cívico de Carlos Fuentes”, señaló Cruz.
El libro es el primero de Fuentes que aparece tras su muerte el 15 de mayo a sus 83 años, mientras mantenía una siempre vital agenda que incluía el desarrollo de varios textos.
Tras recibir los máximos honores en México, Fuentes fue cremado y sus restos llevados a París, donde reposan en una tumba familiar.
El expresidente Lagos dijo que tras repasar las conversaciones vertidas en el libro, encontró más agudas y precisas las reflexiiones que hizo durante las mismas el autor de Aura oLa región más transparente.
“No es una sorpresa, porque Carlos Fuentes siempre tuvo la capacidad de ser eternamente actual”, dijo el ex presidente chileno al diario Reforma.
Lagos también resaltó la preocupación que compartió con Fuentes sobre la debilidad de las instituciones políticas en América Latina, que no se corresponden con el desarrollo de la región.
“Para Carlos, en primer lugar, nosotros los latinoamericanos teníamos un gran vacío en la política, que no se comparaba con lo que hemos sido capaces de tener en la cultura”, agregó.
El texto, según Lagos, aborda también la incongruencia entre el desarrollo tecnológico y las posibilidades reales de los seres humanos en un mundo permanente cambiante y que cada vez se hace más pequeño.
“Lo único que no puede desplazarse con un clic es el ser humano y esta relación tan injusta de que todo se desplaza: el conocimiento, los capitales… menos el ser humano, era algo sobre lo que nos preocupó reflexionar”, recordó Lagos.