Medicina

Médico guatemalteco lidera método novedoso para detectar el cáncer en EE. UU.

El médico guatemalteco Antonio Mendoza Ladd junto a su equipo de trabajo realizaron una endoscopia con tecnología novedosa para detectar cáncer.

Equipo de médicos y especialistas que trabajan una nueva metodología para diagnosticar cáncer en Estados Unidos.  (Foto Prensa Libre: cortesía Antonio Mendoza-Ladd)

Equipo de médicos y especialistas que trabajan una nueva metodología para diagnosticar cáncer en Estados Unidos. (Foto Prensa Libre: cortesía Antonio Mendoza-Ladd)

A mediados de febrero pasado Antonio Mendoza-Ladd , director médico de endoscopia gastrointestinal y su equipo de endoscopia de la Universidad de California de Sacramento, UC Davis Health, realizaron en Estados Unidos la primera biopsia utilizando un equipo novedoso que se utiliza para el muestreo de tejido por ultrasonido endoscópico (USE) para todas las indicaciones en el tracto gastrointestinal, como en el páncreas, el estómago, el esófago, los ganglios linfáticos y el hígado.

Mendoza-Ladd y su equipo utilizaron el instrumento para determinar el estado de tres casos que fueron los primeros realizados en los Estados Unidos por este sistema. Llevarlo a Estados Unidos llevó casi un año de trámites, El proceso es similar a una endoscopia normal donde se pone una cámara que entra por la boca de paciente y la diferencia es que tiene un tipo de mini taladro que gira a alta velocidad con el que es posible tomar las muestras de los órganos comprometidos. La diferencia es que este aparto toma una muestra más grande a diferencia de otros aparatos actuales. El equipo es llamado EndoDrill GL.

La investigación del médico Mendoza Ladd se centra principalmente en la exploración de aplicaciones innovadoras de la endoscopia en el tratamiento del cáncer gastrointestinal.

Antonio Mendoza-Ladd durante el procedimiento del nuevo sistema. (Foto Prensa Libre: cortesía Antonio Mendoza -Ladd)

¿Cómo llegó a ser médico?

Mendoza estudiaba bachillerato en el desaparecido Colegio Los Arcos en la zona 10. En ese momento no estaba seguro de qué estudiar, el examen de aptitudes fue el que le ayudó. Sus opciones eran odontología, veterinaria y medicina, así que se inclinó por esta última.

"Es una carrera sacrificada y consume bastante energía", dice. Estudio en la Universidad de San Carlos e hizo su práctica supervisada en Chiquimula.

Mendoza-Ladd quería ser cardiólogo e ir a estudiar su especialidad a México. En este país vecino no se pagan las prácticas.

En el momento de decidir llegaron unos residentes médicos de Utah al hospital donde practicaba en Guatemala y Mendoza-Ladd les traducía. Ahí empezó a ver la diferencia entre países.

Me preguntaron por qué no hacía un entrenamiento en Estados Unidos, mi pregunta fue si pagaban por ello y cuando me dijeron que sí, empecé a averiguar todos los trámites que llevaba tiempo y debí ahorrar casi un año para lograr el paso al extranjero. Así llegó a la Escuela de Medina de Texas, Tech University, en El Paso, Texas; también estuvo en Universidad de Nuevo México y actualmente en la Universidad de California.

Antonio Mendoza-Ladd actualmente tiene un año de trabajar en Universidad de California de Sacramento. (Foto Prensa Libre: Antonio Mendoza-Ladd)

Como parte de su historia recuerda que llegar a la universidad llevó mucho trabajo y esfuerzo, "empecé a trabajar en la tienda de mi mamá, Celia Eugenia Ladd Oliva, a los 14 años porque la empleada que tenía le robó mucho dinero y entonces ella optó por despedirla.  Por aquellos años la situación económica no era muy estable.  Nos cambiamos de casa seis veces en un período de 10 años porque ella cada vez podía pagar menos por una renta", recuerda el médico.

Su trabajo consistía en acomodar mercadería, reabastecer los enfriadores, atender a la gente, limpiar, barrer, entre otros detalles. Se sentía frustrado por tener que trabajar cuando sus compañeros del colegio y del barrio no tenían más que  descansar o jugar toda la tarde después del colegio. "Me molestaba ver como mis compañeros del colegio se iban de vacaciones para Semana Santa y yo me tenía que quedar trabajando en la tienda", dice. 

Su incomodidad con el trabajo no tardó en hacerse notar y la gente se empezó a quejar que el joven los trataba mal.  "Mi mamá varias veces me regañó por eso porque ella siempre decía que nosotros ¨vivíamos de la gente¨...pero mi mente de adolescente no comprendía eso", agrega. 

Tienda Sheny, en la zona 11. En la imagen Antonio Mendoza-Ladd aparece con playera amarilla en sus años de adolescencia.

Los sábados negoció con su mamá que le dejara cambiar su turno de para poder ir a jugar futbol en las tardes con los del barrio. La situación económica de la familia cada vez fue peor y la tienda era el mejor recurso, se llamaba Tienda Sheny y estaba en la colonia Loma Linda,en la zona 11.

"Algunos vecinos se quejaban porque se vendía alcohol e incluso se tuvieron demandas para cerrarla...en retrospectiva entiendo un poco los motivos de estos vecinos, pero me incomoda el que no hayan sido capaces de ver que ese era el único sustento que teníamos. Si la tienda cerraba nunca hubiera podido llegar a donde estoy", dice Méndoza-Ladd.

"Cuando me gradué del colegio y escogí estudiar medicina me puse como objetivo ser el ¨mejor médico¨, que yo pudiera ser porque eso era lo que me iba a sacar a mí y a mi mamá de ese trabajo tan duro de la tienda", expresa. 

Una imagen de Antonio Mendoza-Ladd junto a un paseo con su mamá, Celia Eugenia Ladd Oliva. (Foto Prensa Libre: A Mendoza-Ladd)

"Me llevaba mis libros y me tocaba estudiar en la tienda mientras hacía los quehaceres obligatorios.  Muchos de los clientes se molestaban conmigo porque les quitaba la música cuando yo llegaba para poder estudiar", recuerda. Se graduó en el puesto 7 en una promoción de más 200 estudiantes con un promedio de 81.98 puntos.  

"Con los años, aprendí a ver mi experiencia en la tienda de otra manera.  Aquello que calificaba de mala suerte y de la peor de mis desgracias, en realidad fue la mejor de mis suertes y mi mayor bendición porque me enseñó el valor de las cosas.  Esos años en la tienda me enseñaron que las cosas cuestan, y que no es nada más de decir ¨dame¨.  Puedo decir que los cimientos de la ética del trabajo me los dieron mis padres, la tienda se encargó de poner las paredes y el piso y a mí me tocó lo más fácil que fue ponerle el techo a la ¨construcción de mi vida", reflexiona.

"Quiero con esta historia compartir con otros que estén en esa situación en este momento pueda darse cuenta de que es posible superarse".  concluye Mendoza-Ladd.

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.

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