“Los menores son muy receptivos, así que la actitud con la que les atienda en fundamental. Si se hace sin ganas ellos lo percibirán y seguro reaccionarán de la misma manera”, dice Mayra Méndez, coordinadora de la Unidad de Regulación de Centro de Cuidado Infantil y del diplomado de niñeras, de la Secretaría de Bienestar Social.

La psicóloga Mónica Solís indica que debes tener en cuenta que tú eres ejemplo para tu hermano, así que todo lo que digas y hagas lo va a querer imitar, por consiguiente trátalo con expresiones correctas y lleva a cabo actividades lúdicas en donde ambos se diviertan.

A continuación te damos algunas ideas para las diferentes situaciones que debas enfrentar.

Consejos: 

Mientras estés cuidando al pequeño recuerda:

Cambiarle el pañal con frecuencia; cada tres  o cuatro horas es lo recomendable.

No darle dulces porque después estará muy inquieto.

No dejarlo solo en ningún momento; los accidentes ocurren  en segundos.

Ten a la mano un número de teléfono de emergencia por cualquier eventualidad.

A la camita

Si llega la noche o la hora de la siesta y tus padres no han regresado deberás llevarlo a la cama, si se le pasa el sueño se pondrá llorón o inquieto y será más difícil relajarlo.  Puedes darle un masaje con crema en sus piernitas, brazos y torso. No olvides lavarle los dientes y ponerle su ropa para dormir.  Cuéntale un cuento. Jueguen de ir a dormir con un muñeco o  cántale muy suavemente. Prepárale la cama tal como lo hacen tus padres, para evitar accidentes.

Llegó la hora de comer

La alimentación del bebé depende de su edad. Para esto debes seguir las indicaciones que te den tus padres. Si ya come  sólidos no debes darle porciones muy grandes porque podría atragantarse. Es permitido  jugar con él de avioncito  o tren. Lo importante es hacer el momento muy divertido y agradable para ambos.

Cómo entretenerlo

Esto es lo más fácil si recuerdas tu infancia. Los juegos van de acuerdo con la edad. Antes de darle algún juguete revisa que no tenga partes pequeñas que se pueda tragar o introducir en oído o nariz. Si son bebés usa juguetes de colores llamativos. Le puedes cantar y bailar, seguro lo disfrutará. Los lapsos de atención de los pequeños son muy cortos así que hay que cambiar de actividad constantemente.  Si los niños ya caminan y hay buen clima puedes salir al jardín y recolectar hojas, jugar pelota o pintar con yeso en el patio. Si el niño está ocupado no te dará ningún problema.

¿Y si llora?

Si empieza a llorar y no sabes por qué, cárgalo,  revísale el pañal y tócale la frente para ver si no tiene fiebre. También puedes ofrecerle su pacha porque podría tener hambre. Si es menor de 6 meses sácale el aire dándole palmaditas en la espalda. Ante cualquier eventualidad lo más importante es que lo tomes con tranquilidad y pienses bien antes de actuar. Podría estar llorando únicamente porque está aburrido.

El cambio del pañal

Cambiarle al bebé el pañal probablemente sea una de las tareas más incómodas;  sin embargo, no requiere ninguna ciencia. Revisa que el lugar donde lo hagas esté limpio. Ten a mano el pañal, toallas húmedas y crema. Cuando esté  todo preparado acuesta al pequeño  y quítale el pañal sucio. Luego límpialo muy bien  con las toallas húmedas, es importante hacerlo de adelante hacia atrás. Después aplícale la crema  y ponle el pañal. Asegúrate de que le quede ajustado porque si no, habrá  derrames. Mientras lo cambies no dejes de hablarle, dale juguetes para que se entretenga y no meta las manos.