Salud y Familia

Cometer un error: entre el sentimiento de culpa y el comenzar de nuevo

La búsqueda de ser mejores tiene retos y también algunas crisis cuando la imperfección humana aparece. ¿Cómo enfrentar esas situaciones?

Los errores provocan angustia mental y  sufrimiento.  La honestidad y la humildad se discuten como virtudes importantes que facilitan el afrontamiento y el crecimiento personal. 
 (Foto Prensa Libre: Rodnae Productions/Pexels)

Los errores provocan angustia mental y sufrimiento. La honestidad y la humildad se discuten como virtudes importantes que facilitan el afrontamiento y el crecimiento personal. (Foto Prensa Libre: Rodnae Productions/Pexels)

Empresas en todo el mundo colocan en la entrada de sus instalaciones letreros informando cuántos días han transcurrido sin accidentes o incidentes. No se trata únicamente de un dato para sentirse orgullosos o avergonzados, se explica en la página de  Prismex, una empresa dedicada a orientar a empresas a mejorar su seguridad industrial.

“Ese número no significa nada si no forma parte de una estrategia de prevención de accidentes y de salud ocupacional. Que una empresa reporte cero accidentes en 200 días no la hace más segura que una planta con menor récord. Cada planta enfrenta retos diferentes y, por lo tanto, requiere de medidas y estrategias a su medida”, se explica.  La Organización Internacional del Trabajo (OIT) habla que cuando se toman medidas de prevención se logran disminuir millones de lesiones y muertes anuales.

Esta metodología que parece sencilla, pero es compleja podría trasladarse a la vida personal.   Porque para tener en la vida personal menos errores se necesita prepararse, tener metas claras, estar atento a aquello que podemos hacer de nuestra parte para estar bien, cuidar nuestra salud emocional y física, mejorar nuestro entorno familiar e incluso laboral.  Así como reconocer cuándo es el día “cero” y comenzar de nuevo.

Jhumpa Lahiri es una escritora indobritánica-estadounidense que ha expresado en una frase algo a lo que nos lleva la imperfección: “la imperfección inspira invención, imaginación, creatividad.  Debes estimularla”, lo cual plantea ese gran reto de reconocer que aunque no podamos alcanzar la perfección si nos ayuda a mejorar cada vez más y más.

Los ciclos de vida

La psicóloga Ximena Dávila comenta que cuando nos equivocamos en el cerebro se activan las mismas áreas del dolor físico y por ello duele, así que se provoca esa sensación dolorosa.  “El ego nos recuerda con dolor que no somos perfectos”, agrega.

En este momento entra en juego la conciencia. Al entrar en contacto con la realidad vamos a cometer errores por ser seres humanos, dice Dávila. Entonces, el perdón y la compasión son esenciales para seguir adelante.

La resiliencia o la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos es otra clave para seguir adelante.  “En el mundo nos ha tocado aprender más de la resiliencia por diferentes razones incluso muchos hemos pasado por un estrés postraumático debido a la pandemia que trajo en la pérdida de seres queridos, trabajos, empresas y en otro plano la acción de reinventarnos…la resiliencia es parte de perdonarnos también”, comenta Dávila.

En casa podemos enseñar a los más pequeños a levantarse y seguir adelante con el ejemplo.  Las profesionales insisten en que todo lo que queramos ver reflejados en los hijos es necesario que ellos lo vean en los adultos, así se transmite la capacidad de perdonarnos y de aprender que la vida es cíclica.

Otra de las claves que menciona es no preguntarse por qué pasan las cosas sino para qué y darle significado a los aprendizajes de vida en las experiencias.  Dávila explica que “si nos limitamos a un papel de víctimas sufriremos más, mientras al entrar en conciencia de aquello que nos pasó y hacernos responsables de nuestras emociones y de cómo nos sentimos y perdonamos damos un mejor ejemplo a los hijos”.

En familia se aprende que a veces sentimos que todo está bien y avanzando, un tiempo ideal, pero debemos reconocer que en cualquier momento puede venir algo que nos haga tambalear y volver a comenzar de nuevo, expresa la psicóloga Dávila.

 

“Equivocarse nos pasa a todos, en cualquier momento, incluso cuando se han aprendido herramientas y de pronto viene algo que nos pone a prueba. Se necesita humildad para reconocer con los hijos que nos equivocamos”, dice Nissely Herrera, psicóloga.  Ser adultos no quiere decir tener todas las respuestas, pero si tener la madurez y decisión.

Si estamos conscientes no hablamos desde la ira o la frustración sino buscamos hablar desde el amor, buscar estrategias para enmendar o manejar las emociones.  La finalidad es no cargar con un sentimiento de culpa que al no gestionarse lleve a limitar a la persona en sus avances y crecimiento.

“Ser resiliente no quiere decir que la persona no experimente dificultades o angustias. El dolor emocional y la tristeza son comunes en las personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas”, subraya la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés).  Asimismo, la APA aclara que la resiliencia “no es una característica que la gente tiene o no tiene. Incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona”.

Algunos después de una caída probablemente se detienen, manejan culpa y se olvidan que la vida se trata de que al caer es preciso levantarse y emplear todos los medios y estrategias posibles para alcanzar nuestros fines, dice Jeanette Hidalgo, psicoterapeuta holística y coach ontológico.  “Este es un valor del que disponen los seres humanos en su actuar que implica la constancia y la firmeza en los planes, tanto a corto como a mediano y largo plazo, y en todos los roles de vida, personal y laboral”, dice la experta. 

Buscar apoyo

El apoyo emocional es indispensable en algunas experiencias que sobrepasan a la persona y que le lleven a sentimientos extremos de culpa, que pueda caer en depresión, ansiedad y otros trastornos.

El acompañamiento de un experto ayuda a ser conscientes de las emociones para gestionarlas.  Parte esencial es que se cuenta con una escucha y orientación frente a estos problemas.

Por su parte, la psicóloga Herrera hace énfasis que cuando la vida se mueve tenemos la opción de quedarnos anclados en lo que sucedido o comenzar de nuevo.  Preguntarse “qué se va a hacer con lo que pasó” se abren todas las posibilidades para ir paso a paso construyendo, decidiendo y eligiendo.

“No es lo que pasa aquello que nos define sino tenemos un poder cuando logramos hacer algo con ello.  Aunque es liberador podría dar miedo ser los protagonistas cuando damos un salto de fe”, expresa Herrera, quien también invita a “no hacer listas de acciones sin sentido sino reconocer cómo nos queremos sentir frente a ciertas acciones y convertir esto en una brújula importante para guiarnos cada vez que sentimos que nos estamos perdiendo y aclarar los pasos que se quieren dar…qué tengo qué hacer por mi bienestar y equilibrio”.

El acompañamiento es como un espiral que tiene fases, un proceso, a veces se siente liberador y también se encuentran cosas a las que no se les había visto, a veces dolerá y será confuso, expresa Herrera.

No se debe tener miedo a reconocer el dolor y a expresarlo, aceptarlo y compartirlo, esto para que la herida causada no se infecte y se pueda ver con más claridad los hechos y no mezclarlos con otros acontecimientos de la vida, concluye la psicóloga Stephanie Guilá. 

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.

ARCHIVADO EN:

Error