Y aunque el campo de la genética aún presenta muchos retos para los científicos, la verdad es que existe una relación entre las afecciones de la piel y el material genético. Lo explicamos aquí.
Enfermedades de la piel: Entre la salud y la estética
Una gran parte de las enfermedades que afectan a la piel resultan ser fáciles de diagnosticar. Ya que por lo general, se manifiestan como una alteración de los melanocitos, que son las células encargadas de darle el color a la piel.
Las manchas, la pigmentación irregular o incluso un color de piel demasiado claro, son indicios claves de un padecimiento cutáneo.
Y aunque nuestra piel es un órgano diseñado para proteger nuestro organismo, esta resulta ser extremadamente susceptible a muchas condiciones y elementos externos en nuestro entorno.
La contaminación, la sobreexposición a la luz solar e incluso una reacción alérgica, son capaces de producir ciertas alteraciones que afectan nuestra piel.
Así, uno de los principales detonantes de muchas enfermedades de la piel, son los conocidos rayos ultravioleta o UV.
Es bien conocido que la exposición excesiva a estos rayos puede desencadenar problemas que afectan directamente la dermis. Estos van desde la decoloración de ciertas áreas hasta la formación de células cancerígenas.
Y aunque aquí hacemos referencia a los padecimientos de salud, también debemos mencionar que los rayos solares generan muchos daños estéticos.
Por este motivo, cuando se habla de afecciones de la piel, no se pueden obviar las consecuencias emocionales y sociales que experimenta la persona que los padece.
Así, al ser un problema que afecta a tantas personas y de formas tan variadas, este se ha convertido en un punto de estudio para muchos científicos y laboratorios.
Estudios e investigaciones especializadas, nos han brindado una idea mucho más amplia de cómo la genética de un individuo tiene cierto grado de influencia sobre su salud general.
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De esta forma, podemos decir que el código genético de una persona es capaz de darnos pistas importantes sobre su salud.
Uno de los factores donde la genética tiene un rol determinante, es con relación al sistema inmunológico de una persona y de qué forma este responde a las enfermedades.
Cada una de las células aportadas por los padres de un individuo, son piezas fundamentales para definir a qué posible padecimiento podrá ser más vulnerable.
Ahora, en el caso específico de las enfermedades de la piel, es importante destacar que existe toda una serie de padecimientos clínicos que causan anomalías genéticas y que alteran la pigmentación y resistencia de la misma.
Una de las más enfermedades genéticas de la piel más conocidas es el albinismo, una condición que altera por completo la pigmentación de la piel y la hace mucho más sensible a la luz.
Sin embargo, las afecciones a nivel cutáneo más comunes entre la población surgen como consecuencia de la sobreexposición a elementos externos, y no por factores genéticos de nacimiento.
Por lo general, la mayoría de ellas afectan solo la capa externa de la piel, pero si no son tratadas adecuadamente pueden generar problemas de salud más graves.
Entender cómo los genes de una persona influyen en qué tan vulnerable y susceptible resulta esta ante las enfermedades de la piel, no es algo tan complicado.
Aspectos como la sensibilidad cutánea y la capacidad regenerativa de las células, son características fundamentales que están ligadas directamente con el material genético.
Las afecciones de la piel más comunes en la actualidad
Algunos elementos externos como el cambio climático, la contaminación y las condiciones higiénicas son detonantes para el surgimiento de afecciones de la piel.
Sin embargo, también existen otras condiciones que pueden producir dichos padecimientos; como es el caso de la alimentación, el estrés y la cantidad de tiempo que una persona pasa expuesta al sol.
Por este motivo, es importante que tenga muy presente que para cuidar adecuadamente de su piel es necesario adquirir ciertos hábitos y hacer algunos cambios dentro de su vida.
Muchos estudios han arrojado que existen algunas enfermedades de la piel que tienden a ser más comunes que otras. Entre los padecimientos cutáneos más comunes de la actualidad podemos mencionar:
Vitíligo
Es un padecimiento que se caracteriza por la aparición de “manchas” blancas en diferentes partes del cuerpo, principalmente aquellas que están más expuestas a la luz solar. Estas se generan por la pérdida de melamina en la piel y en los casos más extremos, el área afectada resulta tan sensible a la luz solar, que el paciente puede llegar a padecer cáncer de piel.
Generalmente, el vitíligo es una condición que se percibe con mayor facilidad en las personas de piel oscura, pero esta afección puede manifestarse en cualquier tipo de piel.
Si bien aún se desconocen las causas exactas de esta condición, muchos estudios han arrojado que un porcentaje considerable de personas puede tener una condición genética que los hace más vulnerables a esta enfermedad.
Como ocurre con la mayoría de las enfermedades de la piel, hoy en día existen muchos tratamientos clínicamente aprobados que ayudan a equilibrar la pigmentación de la piel.
Estos van desde el uso de ungüentos terapéuticos ricos en corticoides, hasta cirugías con rayos UV, las cuales tienen como finalidad estimular la producción de melanina.
Acné
No hay ninguna duda que en lo que se refiere a las enfermedades cutáneas, esta resulta ser una de las conocidas y más fáciles de tratar.
El acné ocurre cuando los folículos pilosos de la piel quedan obstruidos, esto causa que el paciente presente acumulaciones de grasa o sebo en ciertas partes de su cuerpo.
Por lo general, esta condición suele darse con más frecuencia en adolescentes, y esto ocurre como consecuencia de los cambios hormonales que su cuerpo experimenta durante la pubertad.
Sin embargo, hay individuos con un tipo de piel en específico que los hace genéticamente propensos a padecerlo en otras etapas de su vida.
En el caso específico del acné, hay una amplia variedad de tratamientos y remedios naturales disponibles que permiten limpiar a profundidad las glándulas sebáceas.
Cáncer de piel
Los casos de cáncer de piel han sufrido un incremento alarmante en los últimos veinte años. Esto es una consecuencia directa del debilitamiento de la capa de ozono a causa de los gases de efecto invernadero.
Al igual que la mayoría de las enfermedades de la piel, este padecimiento ocurre cuando las células de la piel se encuentran expuestas constantemente a los efectos de los rayos ultravioleta.
De todos los tipos de cáncer cutáneos que se conocen, el melanoma es el más peligroso de todos, puesto que se extiende con rapidez y puede llegar a afectar órganos internos importantes.
Las personas de piel sensible o que poseen alguna deformación de la epidermis, son aquellas que pueden resultar mucho más vulnerables a sufrir de este tipo de padecimiento.
Como suele ocurrir con la mayoría de los cánceres, la detección temprana de cualquiera de los síntomas es la mejor forma de evitar que las células cancerígenas crezcan.
Pie de atleta
Esta es una de las enfermedades de la piel que suele darse con frecuencia, sobre todo entre personas que van a lugares como piscinas, gimnasios o baños con duchas de acceso público.
Esta afección es sumamente fácil de diagnosticar, debido a la intensa sensación de picazón y la descamación de la piel que recubre el pie.
Todo esto es el resultado de la acción de un hongo, el cual solo necesita de un ambiente cálido y con mucha humedad para poder crecer y reproducirse con facilidad.
En comparación con otras afecciones de la piel, el pie de atleta es una enfermedad altamente contagiosa y que puede expandirse al resto del cuerpo si no es tratada debidamente.
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Lo mejor que se puede hacer para no sufrirla, es evitar caminar descalzos por baños públicos o espacios con mucha humedad, y nunca compartir los artículos de aseo personal con otras personas.
También es de gran ayuda utilizar productos cómo el talco o cremas para pies con un alto contenido de peróxido de hidrógeno.
Verrugas
Son protuberancias benignas que surgen en la piel como resultado de una respuesta inmunológica del cuerpo a los microorganismos responsables del papiloma humano.
Si bien este tipo de erupciones no alteran negativamente la salud, existen casos donde estas pueden llegar a producir incomodidad o dolor en la persona.
Al tratarse de una respuesta natural del cuerpo ante una enfermedad, las verrugas pueden estar relacionadas con una condición genética específica de cierto grupo de personas.
De hecho, estas han sido objeto de numerosos estudios, puesto que representan una forma de analizar cómo el sistema inmune de cada individuo reacciona ante las amenazas externas.
A diferencia de otras enfermedades de la piel, las verrugas suelen desaparecer por sí solas luego de un par de años.
Sin embargo, es posible removerlas de la piel aplicando productos que contengan ácido salicílico o con un tratamiento de crioterapia.
Psoriasis
Se trata de un padecimiento cutáneo que puede aparecer en la piel, bien sea por consecuencias medioambientales, o por una predisposición genética.
Esta se manifiesta en forma de escamas o manchas rojas en la epidermis, y causan una sensación de picor o dolor en el área afectada.
De todas las afecciones de la piel, esta es una de las más persistentes y puede surgir cómo un síntoma de un trastorno mucho más complejo como la obesidad, el tabaquismo e incluso por el estrés.
Al ser una enfermedad catalogada como crónica, la psoriasis puede presentarse de forma repentina a través de episodios que pueden durar semanas o meses.
Si bien aún no se ha descubierto la cura a este padecimiento, existen una gran variedad de medicamentos y tratamientos que ayudan a desacelerar la rapidez con que las células de la piel se caen.
¿Se pueden curar las enfermedades genéticas de la piel?
La mejor forma de saber cómo tratar una enfermedad de la piel, es recurriendo a un experto que identifique el tipo de patología e indique qué tratamiento sería el más recomendable.
Con un estudio preciso y el seguimiento de un profesional de la salud, incluso las patologías ligadas a una condición genética pueden ser tratadas de forma efectiva.
Los años de preparación y los conocimientos de un dermatólogo calificado siempre serán bien recibidos, sobre todo en el caso de las enfermedades de la piel donde están involucradas células cancerígenas.
A pesar de ya contar con un código genético definido por el ADN de nuestros padres, es necesario que nuestro caso sea examinado de forma individual.
En la actualidad, el mercado ofrece una amplia gama de productos, tanto elaborados con ingredientes naturales como fabricados en laboratorios, los cuales son de utilidad para tratar padecimientos a nivel epidérmico.
Si bien esto resulta un gran alivio, no es recomendable recurrir a un tratamiento sin contar con la aprobación de un profesional.
Nuestro código genético no solamente define ante qué enfermedades nuestro cuerpo es más vulnerable, también permite calcular las posibles reacciones que nuestro organismo puede presentar al ser expuesto a ciertos compuestos.
Muchos productos de higiene personal poseen niveles de pH muy elevados, esto puede alterar de forma radical toda la composición química de las pieles más sensibles.
Algunos elementos como el peróxido de hidrógeno o el ácido salicílico, son capaces de producir reacciones alérgicas bastante severas en cierto tipo de pieles.
Las reacciones alérgicas pueden alterar los resultados de muchos remedios o tratamientos elaborados con ingredientes de origen natural, trayendo consigo otra serie de problemas que pueden dañar de forma permanente la piel.
Cada una de las células que conforman la piel está cargada con información genética, la cual hace que esta reaccione de cierta forma ante agentes externos cómo los rayos UV o el exceso de humedad.
Es justamente por este motivo que muchos profesionales consideran que la dermatología es una de las ramas de la ciencia médica en donde el código genético del paciente juega un rol fundamental.
Conclusión
Para poder entender la importancia de la genética dentro del estudio y tratamiento de enfermedades de la piel, es necesario tener presente que esta se encuentra expuesta constantemente a diversos factores externos.
Cada una de sus capas está conformada por una compleja comunidad de células que reaccionan de diferente manera, y de ellas dependen la integridad de nuestra salud.
La sensibilidad, su pigmentación y la rapidez con la que las células de nuestra piel mueren y se renuevan a sí mismas, están determinadas por todo el material genético que conforma nuestro ADN.
Si bien nuestro sistema inmunológico no es necesariamente igual al de nuestros padres, siempre resulta conveniente tener un conocimiento profundo sobre nuestro linaje genético.
Esto no solo nos permitirá estar más prevenidos ante posibles enfermedades de la piel, también de todo tipo de padecimientos que pudieran comprometer nuestra salud.