Salud y Familia

Cómo vigilar a sus hijos vía el smartphone

Vigilancia constante

¿Cómo pueden saber los padres si su hijo le está pegando a su hermanita?, o ¿va a comprar caramelos a la salida de la escuela? Esa preocupación terminó, pues los fabricantes de móviles han inventado dispositivos de pulsera que le permiten espiar a los niños vía el celular.

Esta fue una de las novedades presentadas desde el lunes en Barcelona, en el Congreso Mundial de la Telefonía Móvil (WMC), que pretenden ayudar así a los padres ansiosos de saber qué hacen sus pequeños cuando no están con ellos.

El operador español Telefónica anunció el lanzamiento en Europa y América Latina de un reloj de pulsera para niños, llamado FiLIP y comercializado en Estados Unidos desde el 2013.

Este reloj permite a los niños hacer llamadas y recibirlas de un número limitado de teléfonos cuyos números son configurados previamente por los padres mediante una aplicación para smartphone.

El aparato advierte también a los progenitores si el niño sale de una zona predefinida y permite geolocalizarlo. Está dotado además de un botón de emergencia.

“La idea es que antes de que tenga su primer smartphone —porque al pequeño eso le abre un mundo de peligros— tengamos una manera para localizarlo y contactarlo”, explica Carla Becker, responsable de este proyecto para Telefónica, al presentar el producto.

No se trata de tener al pequeño siempre localizable, advierte, sino solo “cuando lo necesitas”, asegura.

Otras empresas más pequeñas se adentran también en el mercado de la vigilancia, entre ellas B-On, que presentó en el WMC el prototipo violeta de su reloj para niños Amigo.

“Hay cada vez más aparatos de seguimiento en el mercado, ya sea para los niños, los animales, o los automóviles”, dijo su vicepresidente Ishay Shani.

“Ahora es el buen momento. El sector de la vigilancia crece y los productos son cada vez más pequeños”, agrega.

Vigilancia constante

Para los que echan de menos a sus niños en cuanto se van, o para quienes simplemente no confían en la niñera, la empresa taiwanesa D-Link propone su última cámara de vigilancia para bebés.

Esta permite a los padres ver y hablar a sus hijos, a través de una aplicación para celular, entonarles una canción y hacerles fotos. Además les alerta en caso de que estén llorando o si se agitan demasiado.

“El problema es que a la gente le da miedo dejar al bebé con la canguro”, explica Anselmo Trejo, representante de la marca para España, donde, según afirma, se vendieron 50 mil ejemplares el año pasado. “Es la próxima etapa del tradicional baby-phone” , agrega.

Sirve también para ver si los niños están haciendo sus deberes, si han cenado, se esté donde esté. “Desde un hotel en el otro punto del mundo, ver si están bien, eso no tiene precio”, afirma. Una pulsera conectada o una cámara de este tipo cuestan unos US$230.

Es difícil, sin embargo, saber si se venden bien o no. El analista Ben Wood, del gabinete CCS Insight, considera que el reloj FiLIP es el accesorio de este tipo más vendido en Estados Unidos, “pero en cantidades relativamente bajas”.

“Los aparatos conectados para los niños siempre han sido populares, pero presentan problemas”, no solo en términos de protección de la privacidad, también en lo que refiere a los efectos de su uso en la salud de los más jóvenes, estima.

Las empresas se esfuerzan por calmar esas preocupaciones. “Usted de siente más seguro y más tranquilo sabiendo dónde están sus hijos, o sus animales o sus mayores”, dice por ejemplo Bobby Moore, de la empresa estadounidense Trackimo, que comercializa tanto pulseras para adultos como aparatos que permiten encontrar la maleta o el automóvil.

“Hay un aspecto de seguridad, pero intentamos suprimir la dimensión Big Brother”, o Gran Hermano que todo lo ve y todo lo controla, afirma.

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