Sin embargo, los niños tienen gran facilidad para entender las razones si estas se presentan de manera enfática y de forma calmada, sin enojos, ni gritos, ni regaños.
Los padres deben saberse comunicar con sus hijos sobre esa desobediencia para mejorar estas conductas.
Por ejemplo, hay que hacerle notar que todo lo que los padres suelen pedirle que lleve a cabo o que actúe de determinada forma, es solo para su bienestar.
También hay que tomar en cuenta el punto de vista del niño para saber por qué actúa de determinada forma. Esto lo hará sentir escuchado y comprendido, además que fortalecerá los lazos de confianza con sus papás.
Hay que hacerle ver que actuar bajo ciertas condiciones o reglas le ayudará a tener una vida ordenada y estable, no solo en el ámbito personal sino en el educativo y profesional.
Tampoco se debe hablar con los hijos de una manera autoritaria, ya que esto alejará al menor. En ese sentido, los papás deben velar porque los hijos los vean como amigos y colegas.
Esta afinidad garantiza que los niños siempre digan la verdad y no tengan que ocultar a un papá las razones de su desobediencia.