“Sabemos que a partir de los ocho grados, las glándulas sebáceas dejan de producir sebo”, afirma Schlossberger. La protección natural de la piel se resiente. Además, a esto se añade que en los meses de invierno se suele alternar entre el aire seco y caliente de los interiores y el aire frío del exterior. La experta explica que esto sobreexige la piel del rostro, que muchas veces está más seca que en verano y se escama.
Si en invierno se utiliza una crema de día hidratante con alto contenido en agua, esta puede congelarse a temperaturas bajo cero y dañar así los vasos de la piel. “Por eso, menos humedad y más grasa“, aconseja Schlossberger. “Para simplificar, lo mejor es usar la crema de noche durante todo el día”, indica. Estos productos suelen ser más ricos en grasa y contienen menos agua.
Si la piel se escama a pesar de que se usa crema de noche, la experta aconseja usar vaselina.
Sin embargo, si se tiene tendencia a la piel grasa y a las impurezas, una mejor alternativa puede ser usar varias veces al día la crema de uso normal en vez de optar por la crema de noche grasa. Sin embargo, Schlossberger recuerda que a temperaturas bajo cero, siempre es conveniente evitar las cremas con alto contenido de agua.
Algo más a tener en cuenta es que, a diferencia de la mayoría de las cremas de día, las de noche no suelen tener factor de protección solar. Por eso, la especialista afirma que conviene colocarse protector solar.