La dermatóloga Maureen Barahona explica que estas técnicas utilizan la luz ultravioleta para que estas se polimericen y se endurezcan. Pero, esa radiación ultravioleta ya sea de lámparas LED o UV ambas producen radiación.
“En menos de 10 minutos las manos pueden recibir más dosis de la recomendada para un día completo y esto lo hace alta”, dice la experta.
A finales de enero se comentó sobre un reciente estudio publicado en la revista científica Nature llamado Daño al ADN y mutaciones somáticas en células de mamíferos después de la irradiación con un secador de esmalte de uñas, lo cual ha despertado distintas dudas en los usuarios de la manicura.
“Si observa la forma en que se presentan estos dispositivos, se comercializan como seguros, sin nada de qué preocuparse“, dijo Ludmil Alexandrov, profesor de bioingeniería y medicina celular y molecular en UC San Diego, y autor correspondiente de el estudio se publicó el 17 de enero en Nature Communications según el comunicado publicado en Eurkea Alert . “Pero hasta donde sabemos, nadie ha estudiado estos dispositivos y cómo afectan a las células humanas a nivel molecular y celular hasta ahora”.
Los investigadores encontraron que el uso de estos dispositivos emisores de rayos ultravioleta durante solo una sesión de 20 minutos conduce a entre un 20 y un 30 por ciento de muerte celular, mientras que tres exposiciones consecutivas de 20 minutos causaron la muerte entre el 65 y el 70 por ciento de las células expuestas.
“Vimos que parte del daño en el ADN no se repara con el tiempo y conduce a mutaciones después de cada exposición con un secador de esmalte de uñas UV. Por último, vimos que la exposición puede causar disfunción mitocondrial, lo que también puede provocar mutaciones adicionales. Examinamos pacientes con cánceres de piel y vemos exactamente los mismos patrones de mutaciones en estos pacientes que se observaron en las células irradiadas”, expresó el científico.
Los investigadores advierten que, si bien los resultados muestran los efectos nocivos del uso repetido de estos dispositivos en las células humanas, se necesitaría un estudio epidemiológico a largo plazo antes de afirmar de manera concluyente este resultado.
Barahona explica que existen otros estudios que asocian la luz ultravioletas de cámaras de bronceado con cánceres de piel, pero este tipo de lámparas para las uñas no se escapan.
¿Cada cuánto hacerse manicura y qué medidas de seguridad tomar?
Eva Oliva, dermatóloga guatemalteca de Punto Derma, explica que para disminuir complicaciones en el uso de la manicura es necesario, para comenzar, evitar la frecuencia de este servicio.
“Es preocupante que algunas personas toman como una rutina tener las uñas con gelish y con acrílico todo el tiempo cuando estas soluciones deberían reservarse para un evento especial o de manera más espaciada, es un problema que se usa de forman constante y cada vez en edades más tempranas”, explica.
La experta expresa que comenzar en edades más tempranas influye en efectos adversos en menos tiempo. Además comenta que este tipo de actividad desgasta la uña, se vuelven frágiles, quebradizas y con falta de color.
“Los signos del abuso de esta técnica es cuando se siente ardor, dolor por el procedimiento en las uñas; en ese momento se está perdiendo el nivel de protección natural”, agrega Oliva.
La piel de los dedos y manos con la radiación directa se expone a que le salga manchas y a nivel de la piel de los dedos. Cuando aparecen manchas o cambios el ideal es visitar a un dermatólogo para conocer la causa.
La especialista en belleza Gabriela Sarceño, de Estudio Pop, comenta al respecto que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) considera las lámparas de curado de uñas como aparatos de bajo riesgo es decir que si se llega a utilizar por 30 minutos diarios el daño sería muy mínimo.
Una investigación de la FDA publicada en 2013 en External Link Disclaimer indicaba que hasta para la peor lámpara evaluada, 30 minutos de exposición diaria a esta lámpara estaba por debajo de los límites de exposición ocupacional para la radiación ultravioleta (tenga en cuenta que estos límites solo corresponden para las personas normales y sanas, y no para quienes puedan tener alguna afección que los haga más sensibles a esta radiación).
Hasta finales de enero, se revisó en el sitio de FDA y no se han recibido denuncias de quemaduras o cáncer de piel atribuidos a estas lámparas.
La organización recomienda evitar el uso de estas lámparas si está tomando ciertos medicamentos o suplementos que lo hagan más sensible a los rayos ultravioleta. Estos medicamentos incluyen algunos antibióticos, anticonceptivos orales, estrógenos, y algunos suplementos.
Oliva explica que también deberían evitarlo las personas que tienen familiares que han padecido cáncer de piel.
Además, se aconseja quitar el maquillaje, las fragancias y los productos para la piel (excepto el protector solar) antes de utilizar estas lámparas, ya que algunos de estos productos pueden volverlo más sensibles a los rayos ultravioleta.
Por último, las lámparas de curado de uñas suelen venir con instrucciones para el tiempo de exposición. En general, cuanto menor sea la exposición, menor será el riesgo, dice la FDA. En general, no debe utilizar estos aparatos por más de 10 minutos por mano, por sesión.
De igual, Sarceño, expresa que si es posible disminuir los riesgos. “Recomendaría que al tener contacto con estos servicios podemos usar guantes de protección de rayos ultravioletas y sólo dejar expuestas las uñas”, dice la experta.
Las expertas también recomiendan el uso de un protector solar de alto FPS de 15 o más, de preferencia utilizarlo 15 minutos antes de usar las lámparas y que estos servicios no se hagan de manera tan frecuente y se espere entre uno y tres meses entre cada servicio.