Carmen Cuadrado, especialista en nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, afirma en el informe Dietas y productos mágicos que la mayoría de este tipo de alimentación tiene un contenido energético muy bajo, ya que excluyen productos con macronutrientes.
Esto quiere decir que los hábitos alimentarios no mejoran sino que empeoran. Clotilde Vázquez, jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ramón y Cajal, afirma que este tipo de dietas son desequilibradas y producen efecto rebote. “Si el organismo pierde kilos rápidamente, se defiende almacenando más grasa”, explica.
La experta asegura que la pérdida de grasa debe ser lenta, ya que si esta es rápida se pierden otro tipo de tejidos, músculos y calcio en los huesos.
“No se debe perder más de un kilo a la semana, sino 5 o 6 kilos en un par de meses”, dice la doctora Vázquez.
EL estudio revela que casi el 15 por ciento de los encuestados, siguió un régimen proteico a base de batidos, barras energéticas, y disminuyeron el consumo de frutas y verduras. Por otro lado, el 12 por ciento optaba por suprimir el desayuno y la cena para evitar las grasas, lo cual afecta al organismo en general.