Enseñar a trabajar es fomentar el hábito de la laboriosidad, que, en acto continuo, puede llevar a una persona a ser virtuosa para emprender y trabajar por lo que desea.
Cuando se quiere saber si un hijo ha realizado correctamente algo que se le ha solicitado es conveniente que desde el inicio se tenga claro lo que se le ha pedido o incentivado a hacer, para ello es necesario saber por qué y para qué lo va a realizar y por último el cómo y es allí en donde entra el acompañamiento de los padres, sabiendo estar, no haciendo los encargos por ellos.
Sin importar la edad de los hijos, los padres de hijos pequeños deberán revisar siempre si han sido claros y concretos en lo que están solicitando o enseñando a sus hijos, así tendrán seguro que ellos serán capaces de seguirlos.
Un principio básico para que los hijos logren lo que se proponen es ejercitarlos en dos cosas: que sean diligentes, es decir, que hagan rápido lo que les solicita y de buena manera y verificar que terminen todo lo que inician. El evitar renunciar o dejar a medias lo que se han propuesto les ayuda a ser niños capaces de esforzarse, no blandos en sus esfuerzos o de pequeños esfuerzos.
Para los padres y educadores el reto es que terminen todos, cuando se tienen retos de familia, eso incluye a todos, unos ejecutando, otros acompañando. En el colegio los educadores tienen el reto de todos sus estudiantes, apoyando a los que en su aprender se puedan quedar rezagados o que tiendan a no lograr en un tiempo efectivo la meta establecida.
Enfocarse para aprender siempre será necesario, no como incentivo, sino como herramienta para librar obstáculos y mantenerse en la dirección correcta. La dirección correcta será la que el adulto a cargo disponga, pueden ser los padres o los educadores.
Los hijos, no importando si son pequeños o adolescentes, tienen muchas ideas o apetencias que requieren del adulto para que enseñe los valores humanos del orden, constancia, tenacidad, responsabilidad, puntualidad y enfoque para que esa idea pueda llegar a ser un pequeño o gran proyecto. Si el hijo es pequeño es una oportunidad y si es adolescente es momento de elegir el camino para usar todos sus talentos en ello. En cada edad los padres acompañarán para asumir riesgos e incentivar la disposición de volver a empezar si hay algún tropiezo.
Herramienta
Carol de Enríquez, directora Colegio APDE La Villa
Enforzarse para aprender siempre será necesario, no como incentivo sino como herramienta.