De acuerdo con el científico, las conclusiones permiten asociar la obesidad con un aumento en el riesgo de partos antes de los nueve meses, y esta vinculación es especialmente fuerte con los nacimientos extremadamente prematuros, que ocurren antes de las 22 semanas de gestación, cuando lo normal es de 38 a 40.
Peligros
El parto prematuro aumenta la mortalidad infantil, la morbilidad de los neonatos y la discapacidad, y cuanto más temprano sea el parto, más son los riesgos para los bebés.
“La obesidad materna ha reemplazado el tabaquismo como una de las causas principales de resultados deficientes de los embarazos. La investigación es novedosa porque, a diferencia de otras, pudimos examinar el impacto de la obesidad maternal en partos antes de tiempo de diferente gravedad”, explicó Villamor.
Los niños que nacieron de manera prematura y, sobre todo los que son extremadamente prematuros, tienen altas probabilidades de fallecer en los primeros años de vida.
Consejos
El especialista resaltó como importante que las madres lleven una dieta balanceada, en la cual reduzcan el consumo de grasas saturadas y azúcares, así como alimentos enlatados y procesados.
Lo ideal es que las futuras madres, además de acudir periódicamente con el ginecólogo, busquen la ayuda de un nutriólogo, quien podrá aconsejarles un régimen dietético adecuado, el cual debe incluir vitaminas y minerales para garantizar el desarrollo del feto. Asimismo, la actividad física constante, como caminar 30 minutos al día, ayudarán a mantener un peso normal.