Andrea O. de Carranza, psicóloga y asesora del Centro de Terapia Infantil, CTI. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)
¿Cuál es el proceso normal del lenguaje?
El desarrollo del lenguaje está enmarcado en un proceso evolutivo. Empieza con la etapa prelingüística en la cual surge la adquisición del lenguaje verbal, se aprenden las bases de la comunicación y el significado de las palabras. En esta se dan los balbuceos. Le sigue la lingüística, más o menos a los 18 meses.
El desarrollo de las palabras también va por etapas. Primero se aprenden vocales y luego consonantes. Cada quien sigue su ritmo. Lo importante es que haya constante adquisición de destrezas.
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¿Hay situaciones externas que bloquean la expresión del lenguaje?
Por ejemplo, si a un bebé no se le habla, canta, enseña palabras, ni se expone a diferentes ambientes para que escuche sonidos y palabras, es probable que su expresión verbal sea nula o pobre.
También hay situaciones que puedan influir como un evento traumático (familiar, escolar, cambio de país, de colegio, desastre natural) que desencadene un mutismo selectivo —hablaban y después ya no o lo hacen solo con ciertas personas— y otra alteración en el lenguaje como tartamudez. O bien, algún golpe en la cabeza.
En cuanto a lo fisiológico, ¿qué podría impedir que el niño hable?
La adquisición del lenguaje requiere un equipo biológico completo que funcione adecuadamente: audición, visión, caja torácica, laringe, cavidad bucal, lengua, labios.
Debe haber un desarrollo correcto de todos los órganos bucofonatorios, sensoriales, estructuras nerviosas centrales, capacidades intelectuales y una afectividad adaptada.
¿Qué condiciones se relacionan con falta del lenguaje?
Entre ellos, patologías del lenguaje, trastorno fonológico, expresivo, receptivo, tartamudeo, sordera, autismo, parálisis cerebral, discapacidad mental, afasia —trastorno causado por lesiones en partes del cerebro que controlan el lenguaje— y disfasia —dificultad para hablar y/o para comprender el discurso hablado—.
¿En qué momento hay que buscar ayuda?
Siempre que los padres vean que algo no anda bien. Es mejor identificar a temprana edad algún problema para ser tratado. Es más rápido lograr mejoras en niños de 0 a 4 años, o incluso hasta los 6, que en más grandes.
Algunas de alertas pueden ser: si el recién nacido no se sobresalta ante ruidos, más adelante cuando no se voltea si le hablan, ni se tranquiliza con la voz de la madre, si no hay gorjeos, balbuceos, repeticiones de sílabas. Asimismo, si aproximadamente al año no muestra interés por jugar con otros, no utiliza señas ni gestos para expresar lo que desea y/o necesita.
También es señal de alerta si a los 2 años solo atiende órdenes muy sencillas y no hay contacto visual. Otra señal es que a los 5 años no pronuncia bien la s, d, l, j, t, sh y r.
¿Quién debe dar esa ayuda?
Un terapista de lenguaje o fonoaudiólogo. Personas con licenciatura y/o máster en lenguaje.
Hay que hacer la diferencia de que existe terapia del habla para tratar problemas con la producción de sonidos; y del lenguaje que se enfoca en el aprendizaje del lenguaje y cómo combinar palabras para expresar ideas.
Las terapias del lenguaje deben estar en manos de un profesional. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)
¿En qué consisten las terapias?
Del niño se requiere un examen físico, valoración de su audición, determinar cómo está su comunicación no verbal y verbal.
Al evaluar sus habilidades del habla, lenguaje y comunicación cognitiva, se diseña un plan que incluye estimulación en las áreas que se implican en el lenguaje, con énfasis en el área en que el niño presente problema. Se necesitan actividades de intervención en lenguaje, ejercicios de articulación, terapia oral y motora.
Contacto: CTI, tel. 2332-9819