Los científicos examinaron la corteza motora, el área encargada de controlar el movimiento, aplicando pulsos magnéticos para activar las neuronas en los cerebros de los participantes.
El resultado del examen reveló que la fuerza de los impulsos que se necesitan parar producir una respuesta en los músculos de la mano izquierda era inferior para las personas con carencia de sueño, lo que sugiere que el cerebro estaba más alterado después de una noche sin dormir.
Además, los autores del estudio descubrieron que los cambios de conectividad dependiente de la actividad en las neuronas eran más débiles en los participantes con privación de sueño.
Las personas a las que se mantuvo despiertas también actuaron peor en pruebas de memoria y sus muestras de sangre mostraban niveles reducidos de FNDC, factor neurotrófico derivado del cerebro.
Esta molécula regula la plasticidad neuronal, que es la propiedad que emerge del funcionamiento de las neuronas cuando se comunican y que modula la percepción de los estímulos.
Según los investigadores, estos resultados podrían ayudar a esclarecer los mecanismos por los que la carencia de sueño está conectada con cambios en el cerebro y el bajo rendimiento en la memoria.