Lector escribe desde Nueva York
Entre los mensajes de Navidad y Año Nuevo, que tanto agradezco, encuentro el mensaje de don Julio Godoy, un viejo lector de Prensa Libre que reside en Nueva York. Se trata de un verdadero filántropo que no olvida sus raíces y que desde los Estados Unidos ha servido por muchos años a los guatemaltecos más necesitados.
Por mi parte, confieso que me llena de satisfacción que haya sido la columna de Rina Montalvo, la que él escogiera para responder a los llamados de ayuda, que desde este alero se han hecho por muchos años.
Pero antes de compartir su carta —que por algo llega en un momento muy especial para mí— quiero aclarar las dudas de mi apreciado lector, sobre la publicación de mi columna.
Quiero aclararle que hasta ahora, gracias a Dios, sigo escribiendo esta columna con la misma pasión y entrega, con la que me inicié hace justamente 59 años este 20 de enero. Lo que ha pasado últimamente, es que su publicación se ha visto alterada por motivos de espacio y no ha sido diagramada los días jueves, como siempre ha sido. Posiblemente la tiene programada usted para este día y no ha podido leerla, en algunas oportunidades.
Luego de esta breve aclaración a su comentario: “Hasta aquí no sé la razón de la ausencia de su columna y pido a mi Creador que no sea por problemas personales”. Yo quiero agradecerle mucho esa constancia que usted ha mantenido por tan modesta labor, que ha podido mantenerse gracias al apoyo que Prensa Libre siempre le ha dado, como brazo humano del periodismo hacia sus lectores.
Pero como usted dice en su carta: “No todo es para siempre… Que todo termina…” Y, así es Don Julio. Así son los tiempos de Dios y como dice su palabra: Todo tiene su tiempo. Claro que yo también quisiera conocerle a usted y le prometo que cuando llegue el día de despedirme de lo que tanto he querido en mi vida, será usted un invitado especial.
Lo anterior viene al caso, porque dice este mensaje: “Rina, déjeme decirle que me ha hecho mucha falta su columna y estoy seguro que, así como yo, habrá muchos más… Entiendo que no todo es para siempre y que todo se acaba. Pero yo he sido su admirador por más de 50 años, lo cual la hizo parte de mi vida. En busca de gente creíble como usted, para poder ayudar no encontré otra forma de poder hacerlo. He trato de comunicarme con Prensa Libre sin lograrlo”.
En otra parte de su carta dice: “Hasta aquí no sé las razones de la ausencia de su columna Rina, pero déjeme decirle que ha dejado un legado irremplazable y que Prensa Libre no será lo que con usted ha sido. Que Dios la bendiga buena señora. Tengo fe que tendré la oportunidad de conocerla algún día”.
Rina.montalvo@gmail.com