No obstante, antes será preciso probar “más ampliamente el dispositivo”, de momento ensayado con 48 voluntarios masculinos de una treintena de años.
Para el experimento, todos ellos condujeron 400 kilómetros durante tres noches -no consecutivas- entre la 1 y las 5.15 horas, con pausas de 15 minutos a medio recorrido.
Algunos voluntarios tomaron dos tazas de café con 200 miligramos de cafeína, otros dos tazas de café descafeinado y un tercio fue sometido a una exposición continua de luz azul, mediante la fijación en el cuadro de instrumentos de un vehículo experimental de una lámpara LED.
Los investigadores analizaron luego el número de veces que cada conductor traspasó de manera inapropiada las bandas laterales de urgencia y descubrieron que quienes recibieron luz azul durante el trayecto las franquearon 15 veces, quienes tomaron café lo hicieron 13 veces y quienes tomaron el placebo sin cafeína un total de 26.
El CNRS destacó, no obstante, que ocho voluntarios, un 17 por ciento del total, no pudo efectuar el test al quedar deslumbrados por la luz azul.
Agregó que desde 2005 se sabe que la luz azul aumenta la vigilancia al estimular las células nerviosas de una membrana localizada en el fondo del ojo: las células del sistema ganglionar de la retina (CGR), conectadas con zonas cerebrales que controlan el despertar.
La novedad es que ahora, “por primera vez”, se ha demostrado que los conductores mejoran su vigilancia ante una emisión continua de luz azul, destacó el CNRS.
Recordó al respecto que la somnolencia ante el volante durante la noche disminuye la vigilancia, los reflejos y la percepción visual del conductor y está en el origen de un tercio de los accidentes mortales que se producen en las autopistas.
Sin contar “la siesta, a menudo complicada de realizar”, la mejor medida preventiva actual sigue siendo el café, pero esto “obliga al conductor a interrumpir su trayecto”, estimó el CNRS en su nota.
Además, la toma de café “puede realizarse demasiado tardíamente”, por lo que es “crucial desarrollar un sistema antisomnolencia embarcado, eficaz y continuo”, consideran los científicos en su informe, publicado en la revista “PLoS One” .