Cabe mencionar que la memoria funciona de mejor manera cuando se aprende en un ambiente agradable y relajado, ya que acentúa de mejor forma los recuerdos.
Es indispensable el ejercicio físico, pues favorece la oxigenación de las células, lo cual ayuda a recordar. También es necesaria una buena alimentación. Los nutrientes que estimulan la circulación del cerebro son aquellos que tienen silicio (infusiones), fosfato (lácteos y pescado) o magnesio (zumo de limón o uva).
Un buen ejercicio para recordar es crear imágenes visuales de algo que se desea recordar. Añadir muchos detalles como colores, texturas, formas, personas que tengan relación con el objeto o evento.
Si en algún momento no se sabe dónde está un objeto, es fundamental conservar la calma y no ponerse nervioso, ya que el estrés llega a bloquear la memoria. Conviene cerrar por un instante los ojos y relajar el cuerpo.
Si una persona lee o repasa alguna información antes de dormir, hay más probabilidades de que lo recuerde por la mañana, ya que durante el sueño no hay interferencia y hace que el cerebro estructure mejor la información.
Los ejercicios como las nemotécnicas, que en su mayoría son lingüísticos, ayudan a memorizar mejor y con mayor rapidez.