Sin embargo, también existe un trastorno emocional llamado filofobia que es un temor persistente, injustificado y anormal —como cualquier fobia— a enamorarse. Este puede tener su origen en situaciones del pasado, especialmente en la infancia ocasionados por traumas surgidos a partir del abuso o rechazo familiar, abandono de un ser querido o un entorno afectivo nocivo que generó sentimientos de inferioridad y baja autoestima, añade Carrera.
El psicólogo guatemalteco Carlos Carrera habla sobre dos fobias que pueden interferir en el desarrollo psocioemocional de las personas. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro).
El problema se torna más complejo porque cuando el individuo intenta y decide tener pareja, elige relaciones imposibles (por diferentes motivos, religión, hombres o mujeres casados, que viven en otro país, etc.). También puede ocurrir que huye constantemente de quien se enamora y busca defectos en él para finalmente tener excusas para acabar con la relación, todo, para evitar el amor.
“Otra característica de quienes tienen filofobia es que quieren mantener un control estricto de sus emociones y del medio que les rodea. Cualquier situación que escape de ese control es sinónimo de riesgo. Aún así, cuando entablan una relación sienten de forma momentánea la emoción que esto conlleva, pero inmediatamente se llenan de temores y se abruman. Por consiguiente se desgasta profundamente a la persona y se aleja”, explica Carrera.
Otra fobia
También está la gamofobia o miedo al matrimonio cuyas causas son similares a la filofobia, pero la principal es la de origen psicosocial por decisión, dice Carrera. Esta se refiere a que con el paso del tiempo, las mujeres principalmente, relegan el matrimonio o el amor porque están más enfocadas en su desarrollo profesional, social, económico y personal. También existe el temor a quedar en una relación “tradicional” donde serán infelices.
Otro factor que provoca temor a casarse son las estadísticas que indican que el 35 por ciento de matrimonios dura menos de cinco años, lo cual es señal de que la intención de construir una relación de pareja, a pasar tiempo juntos, a conocerse antes de formalizar, la poca tolerancia y paciencia, y tal vez una tendencia a ser más individualistas, hace que los individuos se alejen aún más de la opción del matrimonio y se enfoquen en sus vidas profesionales, desarrollo económico, social y personal, enfatiza Carrera.
Fuente: Carlos Carrera, tel. 2366-4012 / quantagt@gmail.com