Salud y Familia

¿Qué es el omega-3 y para qué sirve?

La grasa poliinsaturada es la mejor para el cerebro, pero sus bondades son múltiples.

¿Qué es el omega-3 y para qué sirve?

Algunos estudios que recomiendan consumir más ácidos grasos omega-3 a través de pescados grasos, como el salmón, las sardinas y la caballa, para prevenir los episodios de migraña. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Nuestro cuerpo necesita el Omega 3 para que nuestras neuronas o cerebro funcionen mejor y tengan una adecuada conectividad. Además de favorecer el buen funcionamiento del sistema cardiovascular, corazón, venas y arterias.

 Hay grasas saludables importantes para el organismo, que el cuerpo no las puede producir, por ello se adquieren a través de la alimentación, como el Omega 3, explica la nutricionista Iris Cotto, coordinadora del Centro de Asesoría en Alimentación y Nutrición, Ceaan, de la Usac, quien añade que estos son ácidos grasos esenciales, su estructura química es la que hace que tengan beneficios importantes para la salud.

Algunos estudios que recomiendan consumir más ácidos grasos omega-3 a través de pescados grasos, como el salmón, las sardinas y la caballa, para prevenir los episodios de migraña, afirma la neuróloga Dra. Amaal Starling, experta en dolor de cabeza y migraña en Mayo Clinic de Phoenix.

La experta aclara que el trastorno por cefalea más discapacitante y frecuente es la migraña, que afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo: a 1 de cada 5 mujeres, a 1 de cada 11 niños y a 1 de cada 16 hombres.

¿Y en la cuarta década?

A partir de los 40 años empieza de forma natural una fase de oxidación o envejecimiento, o acidificación, y esta se da porque se vive una vida laboral más activa, se tiene una mala alimentación; incluso, algunos pacientes por la edad han requerido medicamentos químicos, tienen estreñimiento agudo o crónico, explica la Dra. Doris Ortiz de Motta, especialista en medicina biológica y nutricional, de la clínica Rhino’s Relax Center.

Con estos ácidos se retardan los procesos neuronales degenerativos propios de la edad avanzada, como el alzhéimer.  Asimismo, ayuda a una mejor neurotransmisión, la cual está relacionada con el funcionamiento general de nuestro cuerpo y muy particularmente con estados de ánimo, mejorando el bienestar general: menor riesgo de depresión, calidad de sueño y desempeño mental.

A la vez, tienen un efecto antiinflamatorio, lo que es particularmente importante en enfermedades como artritis y artrosis.  La inflamación también está ligada al sistema inmunológico, por lo que los omega-3 tienen una participación importante en nuestro sistema de defensas.

Muchos estudios evidencian que un buen consumo de omega 3 contribuye a tener mejores niveles de glucosa en sangre, insulina, colesterol y triglicéridos, lo cual hace que haya menos predisposición a desarrollar diabetes y dislipidemias, aclara Cotto.

Estos mejores niveles de lípidos o grasas en sangre (colesterol, triglicéridos) también contribuyen a la salud del corazón, pues evitan el sobre esfuerzo cardiaco.

Los omega-3 también forman parte de la producción y regulación de hormonas y participan en la salud de la piel: mejoran la función de barrera, reducen los daños ocasionados por la radiación UV y ayudan a mantener la calidad de la piel, la cual es importante en la cicatrización de heridas y en la aparición de arrugas, asegura Cotto.

Muchas veces también es recetado en cápsulas para pacientes que requieren bajar los triglicéridos, el colesterol y evitar la formación de coágulos, aclara Ortiz.

Desde antes de nacer

El omega3 ayuda a la formación del cerebro y sistema nervioso en los bebés.  Esto es desde el desarrollo embrionario.  Por ello, es importante que las mujeres embarazadas y las que están dando lactancia, consuman este tipo de grasas, aclara la nutricionista Cotto.

Los niños que han tenido un buen aporte de omegas durante el desarrollo embrionario y en los primeros meses de vida, tienen mayores habilidades cognitivas y memoria.

Coma de esto

Los alimentos fuente de Omega 3 son principalmente marinos, pescados (principalmente atún, salmón y sardina), mariscos y algas.

Entre las fuentes vegetales destacan el aceite de soya, aceite de linaza, de canola, de ajonjolí y el aguacate. Incluso, se puede encontrar en las semillas de chía y linaza, nueces en general, almendras, nuez de nogal, manías y el ajonjolí.

 

 

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