“Primero debo conocerme bien, para saber cuáles pueden ser esos factores que inhiben mi deseo”, explicó el jueves la psicóloga y sexóloga Yosahandi Alcalá, durante El Consultorio, que se transmite por las plataformas digitales de Prensa Libre.
Después, viene el trabajo más difícil, “hay que entablar un diálogo con la pareja para comunicarle qué me afecta y que esta haga lo mismo”, agregó Alcalá.
A criterio de la experta, esta charla siempre debe darse antes de las relaciones íntimas y nunca durante o inmediatamente después, porque esto puede romper la conexión del momento. “Lo mejor es que, al siguiente día, se destaque lo positivo de la noche anterior, pero debemos expresar lo que no nos gustó y encontrar un acuerdo mutuo”, destacó Alcalá.
Higiene
Otro bloqueador del deseo sexual se relaciona con la higiene. “Además, de la limpieza de las partes íntimas, también es importante el baño diario y un buen aliento. Para mejorar este aspecto, el juego sexual puede comenzar en la ducha y bañarse juntos”, recomendó la sexóloga.
Por último, Alcalá recordó que el juego sexual depende de la creatividad y la imaginación, con el objetivo de romper con la rutina y que la pareja busque nuevas formas de divertirse.
Pensamientos
Unos de los principales bloqueadores del deseo son los pensamientos que provocan ansiedad y afectan de manera individual. Regularmente los hombres prestan más atención a su rendimiento sexual, mientras que las mujeres lo hacen a su apariencia física. Cuando aparecen ideas como “¿será que estaré a la altura” o “creo que subí de peso”, el juego erótico ya no será el mismo.
Palabras
¿Qué decirle a mi pareja durante la intimidad? Esta es pregunta que no tiene una respuesta específica, ya que son detalles que se conocen en la práctica y no se pueden generalizar. Lo mejor es hablar después del acto sexual y analizar los momentos que no fueron del agrado de la otra persona. De esta manera no se rompe la dinámica sexual de ese instante y ambos ya saben qué decir y qué no en una próxima ocasión.
Actitudes
El lenguaje corporal es el resultado de los pensamientos y lo que provoca el ambiente. Es decir, si a una persona le preocupa el presupuesto familiar o no se siente cómoda con los ruidos exteriores o el clima, seguramente no responderá con plenitud a la estimulación de la pareja. Si esto ocurre, lo más sano es detenerse y buscar otras maneras para lograr satisfacción, como besos, caricias y abrazos.