“Dices que quieres, pero no lo haces ¿por qué?” es el nombre de uno de los podcast de la locutora Martha Debayle en el que explora por qué nos apartamos de metas frecuentes que van desde levantarse antes para llegar al trabajo a tiempo hasta cuestiones como comer más sano, o por fin dedicarse unos minutos a hacer ejercicio.
A veces no es una situación sencilla, hay dos objetivos y ambos se quieren y compiten entre sí, “alguien quiere hacer ejercicio, pero también quiere dormir más, o alguien quiere dejar de fumar, pero también desea seguir con este habito”, dice el psicólogo y tanatólogo Mario Guerra que acompaña a la presentadora.
En esta situación entra un debate. ¿Si queremos algo en realidad está en nuestra cancha actuar, qué pasa con la voluntad o qué otros factores influyen?
El placer ahora
La neurociencia menciona que como seres humanos podríamos estarnos inclinando a la recompensa inmediata.
En una investigación de la Universidad de Sevilla se explica que el sistema de recompensa del cerebro es el encargado de mediar la sensación de placer en el organismo e influye en la voluntad.
Para entenderlo un poco más, este sistema se activa frente a estímulos como la comida que dan placer, o bien otras actividades como los videojuegos o la sensación de recompensa inmediata que ofrecen ciertas redes sociales en las que no hay que hacer más que mover el dedo para pasar a un siguiente video y divertirse, sin mayor esfuerzo.
“La motivación está muy relacionada con el sistema de recompensa, ya que se encarga de dirigir el comportamiento hacia el cumplimiento de objetivos y la obtención de recompensas”, se explica.
Pero, lo importante es que aunque el sistema de recompensa recuerda y repite las acciones que le generan placer, evita aquellas que le producen una sensación desagradable.
La psicóloga Elizabeth Caravantes explica que la recompensa inmediata, nos premia, nos alivia de forma momentánea, pero no es sostenible, porque además, el cerebro segrega dopamina, serotonina, que son químicos importantes que sostiene el placer y nos hacen sentir felices, pero una vez esta liberación se regula de forma interna, entonces viene, el bajón emocional y tampoco entendemos por qué.
“La vida en sí exige mucho y es nuestra tarea poder ser compasivos y aceptar que no se puede cumplir con todo. La dedicación a cuidar de usted mismo, de su cuerpo, de su alma, eso es un trabajo interno honesto e individual”, agrega Caravantes.
Somos humanos y en todos surge la necesidad de darle un significado más profundo a lo que hacemos, de encontrar una mejor forma de vivir.
En ese caminar interno para lograr lo qué se quiere es necesario interiorizar. Tomarse un tiempo de reflexión e involucrarse en ello, así como buscar un método apropiado. Para algunos funciona hacer cambios de forma gradual y para otros es mejor cuando se hace de manera radical.
El secreto para motivarnos
Caravantes agrega que generalmente, sucede que la motivación esta guiada por la motivación intrínseca, esa que nos mueve a hacer cosas por nuestro bienestar, por mantener un orden en los pensamientos y estilo de vida.
Mientras que la motivación extrínseca surge de esa alegría momentánea que sentimos al tener una recompensa que viene del fuera, del exterior, como un reconocimiento en el trabajo, alcanzar un diploma o llegar a graduarnos, tener una familia, comprar una casa, pero lo que sucede es que cuando se termina nos podemos quedar sin metas y entonces la persona empieza a dudar de sí misma porque hay un foco en el resultado y no en el proceso.
Establezca en qué momento se encuentra, cuáles son sus sueños y las acciones que requiere. Es importante conocerse a sí mismo y reconocer los intereses, fortalezas y debilidades. De esta manera conocerá también qué le motiva y cómo dar los pasos para alcanzar sus objetivos.
La Asociación Americana de Psicología, APA por sus siglas en inglés, dice que el establecimiento de objetivos y la iniciación de nuevos comportamientos y su mantenimiento a lo largo del tiempo es particularmente difícil para la mayoría de las personas. Sin embargo, todos somos criaturas de hábitos.
De hecho, según los estudios de experiencias que utilizan muestras de estudiantes y de la comunidad, aproximadamente el 45% de los comportamientos cotidianos tienden a repetirse en el mismo lugar casi todos los días.
Un artículo publicado en Consulting Psychology Journal: Practice and Research por Kenneth Nowack explora la brecha de comportamiento entre las intenciones de las metas y el éxito de las metas. “Querer cambiar, a menudo observado como una declaración de intenciones a través de objetivos, no garantiza ni predice necesariamente un cambio exitoso. Las personas motivadas y dispuestas a cambiar tendrán el mayor éxito al traducir las metas establecidas en planes de práctica”.
La práctica deliberada es simplemente una condición necesaria, pero no suficiente, para la competencia en habilidades y una mejora significativa del desempeño, ya sea conductual o mental.
La investigación actual sugiere que los nuevos comportamientos pueden volverse automáticos, en promedio, entre 18 y 254 días (la mediana es 60 días), pero depende de la complejidad del nuevo comportamiento que la persona está tratando de implementar, así como de su personalidad.
El cambio de hábitos y comportamientos es difícil, pero con algunas ideas y técnicas de estudios recientes, se puede ayudar a pasar de las intenciones de la meta a la finalización exitosa.
