Durante el estudio, estas personas tenían entre 34 y 61 años y 6 mil 551 de ellas ya habían muerto por diferentes causas.
En el momento de dar a luz, el 21 po ciento de las madres tenía sobrepeso (un IMC – índice de masa corporal- de entre 25 y 29,9) y el 4 por ciento eran obesas (un IMC igual o superior a 30).
Según los investigadores, el riesgo de muerte prematura aumenta un 35 por ciento entre los adultos nacidos de madres obesas y un 11 por ciento en el caso de madres con sobrepeso, en comparación con los nacidos de madres con un peso normal.
Asimismo, los adultos nacidos de madres obesas tienen 42 por ciento más de probabilidades de ser hospitalizados por problemas cardiovasculares (angina de pecho, infarto de miocardio, ataque cerebral..)