Salud y Familia

Una app convierte a habitantes de Nueva Delhi en bancos de sangre andantes

Un clic es todo lo que uno necesita en Nueva Delhi para solicitar sangre del tipo y tamaño que desee, incluso si es de vegetariano o no y, con un poco de suerte, alguno de los cientos de "bancos de sangre andantes" de la app Donante de Guardia acudirán en cuestión de segundos.

La aplicación, para facilitar la donación de sangre, se ha popularizado en el país asiático (Foto Prensa Libre: EFE).

La aplicación, para facilitar la donación de sangre, se ha popularizado en el país asiático (Foto Prensa Libre: EFE).

Según datos del Ministerio de Sanidad indio, el país necesita unos 13 millones de unidades de sangre anuales pero se recogen menos de 9 millones.

Desde finales de 2014, un creciente Ejército de donantes lucha por dar la vuelta al marcador a través de una aplicación móvil desarrollada por la ONG Green Shakti Foundation, con la que pretenden facilitar el proceso de donación y evitar que la sangre caduque antes de ser utilizada.

“Está mejor almacenada dentro de ti, sacada cuando se necesite”, explicó el directivo de la organización y uno de los padres de la app, Pratap Chandnani, al advertir de que cerca del 30 % de las donaciones almacenadas terminan echándose a perder.

En la pantalla de su teléfono, pequeñas gotas rojas salpican un mapa. Representan a los donantes registrados en la app y situados a menos de 10 kilómetros del centro médico de referencia que tienen el mismo tipo de sangre que el solicitante.

Para unirse, basta con poseer un teléfono con sistema operativo Android, espíritu altruista y buena salud.

Uno puede beneficiarse del sistema o hacer beneficiarios a sus amigos o familiares rellenando un sencillo formulario en el que se tiene en cuenta hasta si se es carnívoro o estrictamente vegetariano.

Y luego, a esperar con los dedos cruzados.

“Algunos días recibes la aceptación de dos donantes en unos pocos segundos y algunos días puede que no consigas a nadie disponible en todo un día”, reconoce Chandnani.

Si no hay suerte, no desespere. La app también tiene un botón para llamar a los donantes cercanos.

En casos importantes, incluso puede que algún buen samaritano de la red decida ponerse al frente de una campaña improvisada y comience a tocar la trompeta entre sus filas, soldado por soldado.

Mohit Varma, de 34 años y consultor asociado en una multinacional tecnológica, se enteró del caso de un niño de 10 años con una enfermedad cardiovascular y A-, un tipo de sangre muy poco común, que había tenido que ser trasladado a un hospital de Noida, cercana a la capital, explicó.

Procedentes del sur de la India, sin ningún contacto en la zona norte, y enfrentándose a una inminente operación a corazón abierto, su familia estaba perdida y desesperada.

De modo que Varma se enfundó su capa y antifaz y lanzó una campaña a través de la app con la que lograron recoger 14 unidades de sangre en un solo día y un total de 35 al final de la odisea.

Hay muchas otras historias como esta en el historial de Donantes de Guardia, que nació, precisamente, de un caso similar.

“Entre 2010 y 2012 recibimos cerca de cien donaciones para mi madre, que tuvo cáncer de la sangre durante un periodo de dos años (…) Como tributo a ellos y en base a ciertos aprendizajes lanzamos la iniciativa”, contó el directivo de Green Shakti Foundation.

La idea, dice, se le ocurrió a otro de los directivos de la ONG, quien, preocupado por el tráfico en la ciudad y la alta movilidad, exclamó: “hagámoslo como lo hacen los taxis y los repartidores de pizza”.

Desde entonces, varios cientos de “bancos de sangre andantes” se han unido a la aplicación móvil, elevando a casi 6.100 el número de donantes registrados con la organización en sus diferentes plataformas.

En 1996, el Tribunal Supremo de la India ilegalizó las donaciones de sangre remuneradas y, en los últimos años, las recolecciones voluntarias se han disparado hasta registrarse 8,5 millones el pasado año, frente a los 4,6 millones de 2008, según datos recogidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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