Sin embargo, esas salidas también requieren una buena planificación, entre otras razones, porque a fin e inicio de año los días son más cortos y puede hacer un frío inesperado en la altura.
Dirk Schulte, de la Asociación de Guías de Montaña y Esquí de Alemania (VDBS), recomienda estar siempre equipado con una linterna frontal. “Así, en caso de que se necesite más tiempo del previsto, se puede realizar un descenso tranquilo y seguro”, sostiene.
Además, dentro de la mochila debe haber una chaqueta, guantes, un gorro y una bebida caliente. “Aunque el tiempo en el valle siga siendo adecuado para una cerveza, en la cima puede hacer ya mucho frío”, destaca el guía de montaña.
Asimismo, hay que tener cuidado con los caminos mojados, que, pese a que no haya llovido, pueden estar resbaladizos. Esto ocurre especialmente en las laderas que no reciben sol. Allí, los caminos permanecen húmedos durante más tiempo por el rocío de la mañana.
En el caso de tener que transitar por senderos helados, la asociación recomienda utilizar calzado de invierno con grampones.
Schulte señala que el senderismo en esta época y los paseos en la montaña tienen un encanto especial. “La infinidad de colores, las variadas condiciones de luz y las magníficas vistas convierten a los recorridos en algo muy especial”, asegura el experto.