MENSAJES ÍNTIMOS
Vejez con calidad de vida
En mis pasadas columnas, cuando escribí sobre la vejez, vista desde un punto de vista positivo y gozoso, han suscitado muchas reacciones entre los lectores. Hubo uno que me escribió que tenía 72 horas de haber llegado a los 60 años, lo que le había provocado cierta nostalgia por los años pasados, pero que después de haber leído el mensaje de la semana pasada había reflexionado en lo afortunado que era y había tomado otra actitud. ¡Estaba viviendo sus seis décadas con optimismo!
Qué bueno que así sea, porque llegar a ser un adulto mayor debería ser motivo de gozo y satisfacción; no solamente motivo de enfermedades, achaques y quejas. Debemos considerarnos privilegiados, porque, ¿cuántas personas se nos han adelantado en el camino de la vida? Personas mucho más jóvenes, más sanas, más productivas. Esto debe hacernos pensar que hay un motivo para continuar viviendo. Que somos necesarios y útiles en este mundo.
Si bien es cierto que es muy satisfactorio llegar a los años dorados de la vida, llegar con salud mental y física lo es aún más. Y podríamos pensar, ¿qué puedo hacer yo si la enfermedad me vino con los años? Si la diabetes es parte de la vejez, si la presión alta es común en todas las personas mayores, si el dolor de las articulaciones son “achaques” normales, y un sinfín de afirmaciones que nos hemos metido en la cabeza.
Lo cierto es, estimado lector, que nosotros somos dueños de nuestra salud, tanto física como mental. Un hecho que todavía no se comprende del todo es que nosotros cuando somos jóvenes de 30, 40 o 50 años forjamos nuestra salud. Son muy pocas las enfermedades que tienen un origen genético o desconocido.
Las enfermedades más comunes que afectan a la mayoría de personas mayores son prevenibles, según me explicaba mi hija que es médica y se enfoca mucho en la medicina preventiva. Ella me decía: “El estilo de vida que se tiene de joven va a determinar la calidad de vida que tendrás en la vejez. Si fumas, seguramente padecerás de los pulmones; si tomas en exceso, el hígado te pasará la factura. Si llevas una vida sedentaria y abusas de la comida, tendrás sobrepeso y obesidad, y luego, como un dominó que cae pieza por pieza, tendrás problemas con tus arterias, con tu presión y tu corazón”.
Así que, amigo, hágase un favor y empiece a forjar su buena salud desde que es joven. Realice actividad física, camine lo más que pueda, cuide su alimentación. Consuma muchas hierbas verdes, frutas y verduras. Deje de fumar. Tome licor con moderación. La meta es, cuando se llegue a viejo, como dice el refrán, gozar de una excelente calidad de vida producto de una buena salud mental y física. ¡Sus familiares y quienes cuiden de usted en los años dorados también se lo agradecerán!