Para leer basta pasar el dedo por las letras. Un programa especial rastrea el movimiento, identifica los grafemas y procesa la información. El equipo tiene motores vibrantes que alertan al lector cuando se aparta de la línea de texto, dijo el científico Roy Shilkrot, quien desarrolla el artefacto.
Para Jerry Berrier, de 62 años, quien nació ciego, lo novedoso del anillo lector es su portabilidad y funcionalidad. “Cuando voy al consultorio del médico hay muchos formularios que quiero leer antes de firmar”, explicó.
Agregó que hay otros dispositivos de reconocimiento de caracteres en el mercado para las personas con baja visión, pero ninguno que lea directamente.