Los científicos identificaron las principales diferencias de este genoma en comparación con el de otros mamíferos y han descubierto alteraciones en los genes de la boreal relacionadas con la división celular, la reparación del ADN, el cáncer y el envejecimiento, según el sitio abc.es
Estos cambios, explican los científicos en la revista Cell, pueden haber ayudado a aumentar su resistencia a los tumores y proporcionarles una vida larga y saludable.
Las ballenas boreales (Balaena mysticetus), en peligro de extinción, son criaturas enormes que superan los 18 metros de largo y pesan 200 mil libras. Cantan una notable variedad de melodías de forma casi constante durante cinco meses seguidos y utilizan sus enormes cráneos para quitar hielo de un grosor de 50 cm en el Ártico. Estas características las hacen fascinantes, pero su increíble longevidad las convierte en un animal casi mítico.
“Nuestra comprensión de las diferencias de la longevidad entre especies es muy pobre, por lo que nuestros resultados proporcionan nuevos genes candidatos para futuros estudios”, dice el autor principal, el investigador João Pedro de Magalhães.
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“Mi punto de vista es que en su evolución las especies han desarrollado diferentes “trucos” para tener una vida útil más larga, y el descubrimiento de esos ‘trucos’ utilizados por la boreal nos puede permitir aplicarlos a los seres humanos con el fin de luchar contra las enfermedades relacionadas con la edad”, añade.
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Llevar sus genes a ratones
Además, las grandes ballenas, con más de mil veces más células que nosotros, no parecen tener un mayor riesgo de cáncer, lo que sugiere la existencia de mecanismos naturales que pueden suprimir los tumores de manera más efectiva que en otros animales.
Cómo lo hacen resultaría de gran utilidad en la lucha contra estos males en los seres humanos. Como primer paso, el equipo se ha propuesto criar ratones que expresen varios genes de la ballena de Groenlandia, con la esperanza de determinar su importancia en la longevidad y la resistencia a las enfermedades.
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Debido a que el genoma de la boreal es el primero entre las grandes ballenas en ser secuenciado, la nueva información también puede ayudar a revelar adaptaciones fisiológicas relacionadas con el tamaño.
Por ejemplo, las células de las ballenas tienen una tasa metabólica muy inferior a la de los mamíferos más pequeños. Los investigadores encontraron cambios en un gen específico que participa en la termorregulación (UCP1) que pueden estar relacionados con esas diferencias metabólicas.