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Bibliofilia y la nueva era

Somos afortunados de ver y de experimentar la transformación digital

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Bibliofilia y la nueva era

Somos afortunados de ver y de experimentar la transformación digital. Foto Prensa Libre: Dariusz Sankowski/ Pixabay

El libro es un objeto camaleónico, puede volverse un acompañante, mejor amigo, consejero, almohada, o un objeto tan íntimo que escudriñe los pensamientos y el corazón. Ese objeto inacabable, porque en muchas ocasiones podemos rodearnos con más libros que los que podamos leer o digerir.

A pesar de tener ya una infinidad de opciones multimedia para leer en línea, muchos preferimos continuar con la experiencia, también multisensorial, del papel. Tocar, oler, ver, y casi saborear cada página que inunda todos nuestros sentidos. La sensualidad de los libros atrae, cautiva, y puede llegar a provocar en nosotros una sensación de satisfacción tal, que terminamos enamorándonos de la lectura.

La bibliofilia está íntimamente ligada a la historia de las civilizaciones y del ser humano. Es apasionante descubrir cómo la lectura y la escritura nos han acompañado por siglos, y no es de extrañar que por siglos tengamos una fijación especial con el objeto. Desde los mitos que asocian casi hasta la locura al gran Alejandro Magno en su búsqueda épica de obtener la mayor colección de libros del mundo antiguo, por obtener las mayores joyas de sabiduría de toda la cuenca mediterránea, y hasta las puertas de la región indochina del lejano oriente. Heredando, convirtiéndolo en la semilla de la modernidad durante el gran renacimiento. Podríamos decir que somos afortunados de ver y de experimentar hoy la transformación digital que hace más accesible, ahora más que nunca, a este vehículo de conocimiento y disfrute.

¿Qué es de una sociedad sin acceso a los libros? Es volver al espacio oscuro, al vacío de ideas, y a la falta de contraste histórico.

En la actualidad, países como el nuestro cuentan con más móviles que personas. Tomando en consideración que la penetración de internet alcanza 11.75 millones de usuarios, el 65% del total de la población, haciendo al formato digital de lectura el vehículo con más potencial de distribución.

 

A pesar de ello seguimos existiendo, quienes como románticos apasionados, sigamos viendo al libro como un objeto de colección y deseo. Y mientras exista deseo, seguirán existiendo espacios culturales como @FILGuatemala en donde encontraremos propuestas editoriales y de distribución como: @catafixiaeditorial @sophosenlinea @sioneditorial @fygeditores @magnaterraed @demuseo @e_piedrasanta @fceguatemala entre otros, a quienes les invito seguir en redes sociales.

Como lo ilustra @jorgecarrion21 el libro no dejará de ser:

Artefactos – Apps

Teléfono – WhatsApp

Radio – Pódcast

Carta – Email

Libro – Libro

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Que el amor por los libros no acabe nunca

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