Los objetos 3D se crean mediante un archivo digital o imagen escaneada que se envía al aparato, el cual se encarga de materializar cada capa. El proceso se llama fabricación aditiva.
Su funcionamiento es con base en un número limitado de materiales, generalmente plásticos y resinas, aunque también se empiezan a usar titanio y acero.
Avances
Expertos consideran que las impresoras 3D conducirán al mundo a una nueva revolución industrial. Una de las razones es el vertiginoso descenso en el precio, ya que en el 2002 un equipo costaba unos US$32 mil, pero ahora se puede adquirir por tan solo US$1 mil 600.
En Inition Ltd, una empresa de diseño de Londres, Inglaterra, se fabrican diseños innovadores con esta tecnología, al utilizar una especie de pistola-escáner que permite digitalizar cualquier objeto, traspasar la información a una de las impresoras 3D y materializar la imagen en cuestión de minutos.
“Es toda una nueva forma de producir objetos personalizados, es una de las mejores cosas de las impresoras 3D y también el hecho de tenerlo en tus manos en cuestión de horas, en lugar de esperar un barco desde otra parte del mundo que traiga las piezas fabricadas”, explica Andy Millns, director creativo de la compañía.
En la Universidad de Loughborough, en Reino Unido, ensayan la impresión con cemento, lo cual podría transformar la construcción en el futuro.
Uso doméstico
Sin embargo, para otros la verdadera revolución empezará en los hogares, cuando se mejore la calidad de impresión de este tipo de aparatos y se comiencen a introducir en las casas.
“Creo que se convertirá como en un electrodoméstico común. No ha pasado mucho tiempo desde que la gente dudara de que todo el mundo tendría una computadora en casa”, asegura el desarrollador británico Paul Candler.